Los
frutos de su sacerdocio en el acompañamiento y liberación de personas,
cumpliendo así su vocación de amor a Dios, que también ha vivido como párroco,
conferencista, escritor
y columnista en medios de comunicación, permiten afirmar que José Antonio
Fortea es un hombre de Dios cuyo servicio, experiencia y reflexión enriquecen a
la Iglesia. Esta entrevista inédita que ha concedido a Portaluz, evidencia la
importancia de enfrentar adecuadamente la lucha con el demonio en la
experiencia cotidiana y extraordinaria, desde la fe.
Además de la verdad revelada en la
Sagrada Escritura ¿Cuáles son para usted los argumentos que prueban la
existencia del demonio?
Yo
creo en la existencia del demonio por la fe. Al demonio nunca lo he visto, yo
he visto a los posesos. La razón me dice… lo único que puede explicar esos
hechos contemplados en la posesión, es el demonio. Para mí, la posesión de las
personas se prueba cuando luego de orar por ellas (ref. exorcismo) quedan
perfectamente bien. Si esto fueren enfermedades mentales, no se podrían
curar del todo. Es verdad que tenemos un cierto número de casos (posesiones)
muy prolongados en el tiempo, como si llevaran esa cruz. Pero también existen
casos que si no creyéremos en la posesión los calificarían como esquizofrenia,
por ejemplo… ¡y se curan!, a veces en una sola sesión. Aquellos donde se prueba
como causa al demonio nos aseguran que la posesión existe, incluso cuando por
el bien espiritual de la persona o de la Iglesia, Dios permite una prueba más
prolongada.
La fe es fundamental entonces para
creer en la existencia y la acción del demonio. ¿Cómo convencería a un
racionalista de esto?
Existen
fenómenos que suceden en el mundo, cuyo origen razonablemente pensamos es
espiritual. Pero dentro de esos fenómenos, algunos, la causalidad que los
produce tiene un carácter maléfico, maligno, se ve que no es bueno; incluso
personas no creyentes en el cristianismo lo reconocerían.
¿Pero
decir a un racionalista que si va a un exorcismo verá levitación, luego a la
cabeza dando trescientos sesenta grados de giro alrededor de sí misma o a una
persona con una fuerza que dobla los hierros? No. Nunca le voy a decir que verá
eso en un exorcismo, porque no es lo que yo he visto. Yo he sido testigo de lo
que aparece en el Evangelio: la furia, la rabia de personas en cuanto se les
pone en contacto con lo sagrado.
¿Qué función tiene o cumple en el Plan
de Salvación que Dios tiene para el ser humano, la posesión e infestación de
personas a manos del Demonio, si involucra un sufrimiento tremendo para estas
personas?
Dios
tiene un plan para cada persona. En algunos casos lo permite para que la
persona vea, digámoslo así, las garras del demonio y vaya a los brazos de la
Iglesia. En otros casos es una prueba que santifica a la persona; y no proviene
del pecado, sino como en el caso de Job, Dios lo permite para que la persona
lleve esa cruz.
Para una mejor comprensión de nuestros
lectores ¿Cuáles son los aspectos que delinean el perfil -por así decirlo-
psicológico del demonio?
Bueno,
eso no hay forma de saberlo. Cada demonio de seguro tiene su psicología, su
forma de ser. Los demonios son muchos y muy variados. Entonces, no podemos
referir una característica concreta y pensar que todos los demonios son así. Ni
siquiera a través de los casos de posesión que hemos visto se percibe una
inteligencia específica, alguna vez sí. Si ni siquiera en ese detalle podríamos
llegar a delinear una característica, debemos entonces hablar del demonio en
términos bíblicos, lo que se nos revela por la Sagrada Escritura…
El
demonio es un misterio. Un misterio de condenación, de odio, es el reverso de
la eternidad. Son seres espirituales que se han condenado, no aman a Dios. Lo
demás no lo sé. A través de los posesos apenas podemos saber. Cada uno (de los
demonios presentes en los posesos) dice una cosa distinta, se manifiesta de una
forma distinta. Unos son irónicos, otros más callados, otros tristeza, otros
mayor odio. Es multiforme.
¿Es errado suponer que Satanás, el
príncipe de los demonios, y, por consecuencia todas las huestes del infierno,
puedan arrepentirse y ser perdonados por Dios? ¿Por qué?
Es
imposible que el demonio se arrepienta. Esa es la tradición de la Iglesia.
Expresamente en el Apocalipsis se dice que al final Satanás y sus secuaces, el
Diablo y sus secuaces, serán arrojados a las llamas que arderán por los siglos
de los siglos.
¿El
infierno es entonces eterno?
Eterno.
¿El infierno es sólo una realidad
espiritual, que expresa la ruptura eterna de la comunión con Dios? ¿Qué es el
infierno en definitiva?
El
infierno es ante todo un estado. No hay que entenderlo como un lugar físico
cerrado. A lo mejor, a lo mejor… cuando después del juicio final, a los
demonios se les cerrará, en el sentido de que ya no se les permitirá influir en
los otros seres espirituales; tal vez en ese sentido, sí que estarán
encerrados. Es más, creo que será así. Pero el infierno es un estado. Los
demonios que no quieren estar con el Padre, porque lo odian, no importa dónde
estén. Dios no les pone torturas. Ellos son la máxima tortura para sí mismos.
Dios no añade más sufrimiento al que ya tiene un ser que tiene el castigo de
ser el mismo, para siempre, como es.
Si la pasión, muerte y resurrección de
Nuestro Señor Jesucristo determinan para siempre la derrota del Demonio y su
acción sobre los hijos de Dios ¿Por qué puede continuar el demonio su acción al
punto de poseer algunas personas, aunque ocurra sólo extraordinariamente? ¿Fue
una derrota parcial la que sufrió?
Pongo
un ejemplo, aunque siempre es limitado: Cuando cayeron las bombas atómicas en
Hiroshima y Nagasaki, la guerra estaba perdida para los japoneses, no tenían
ninguna posibilidad. Desde la primera bomba, ya estaba todo sentenciado. Sin
embargo se siguieron produciendo ataques, luchas -en ese lapso de tiempo tan
breve-, en islas lejanas y lugares muy distantes. Es más, hasta después de la
capitulación japonesa, leía en un libro de historia, todavía se produjo una
pequeña batalla en una isla, aunque Japón ya había capitulado.
Aquí
pasa lo mismo. La guerra está ya sentenciada, desde la resurrección de Cristo.
Ahora bien, de aquí hasta la vuelta de Nuestro Señor, se siguen produciendo
batallas en una guerra que ya está perdida (para el demonio). ¿Por qué Dios
permite eso? Porque la historia tiene un sentido de prueba, de santificación a
través de la prueba. Si no tuviera sentido, desde la crucifixión Dios ya no
hubiera permitido ninguna otra escaramuza. Pero Dios permite este tiempo hasta
el Juicio Final, porque tiene un sentido de prueba, de santificación para
nosotros.
¿Cuál es su metodología de diagnóstico
para evaluar la condición de posesa o no de una persona?
Lo
primero que hago es dialogar para ver cómo está su estado mental. Una conversación
donde escucho lo que me cuenta y discierno si es razonable o no. Si la razón
indica que podría estar poseso, aún insistiré más tiempo… pues al
continuar su diálogo puede hacerse evidente que la persona tiene alguna
dolencia psicológica o psiquiátrica y nada más. Pues entonces rezaré por esa
persona.
En
otros casos observaré que la persona sólo está obsesionada. Aún así, rezo,
siempre. En otros veré que la causa es casi seguro por posesión. Entonces,
luego, rezo sobre la persona, la bendigo, oro por ella y observo si se produce
alguna manifestación. Si hay algo ya se manifestará. Ese es el método.
¿Trabaja con algún profesional de la
salud mental regularmente para dilucidar su diagnóstico?
Las
cosas espirituales han de ser discernidas por los maestros del espíritu. En
este tema del discernimiento, el psiquiatra no tiene ninguna labor. Si yo veo
que la persona tiene una enfermedad, yo le diré: «tiene que ir al psiquiatra».
Pero la posesión es algo espiritual, luego, se juzga por alguien que tenga conocimiento
de las cosas espirituales. El psiquiatra –en el discernimiento de un caso de
posesión- no tiene ninguna, ninguna cabida.
Pero
aún así se suele repetir el mito de que se necesitan informes. Conocí a una
mujer que llevaba quince sesiones con un psiquiatra, para ver si la
exorcizaban. ¡Eso es un error, es un error! Le estaban dando pastillas. Y como
decía a esta persona: Yo nunca escuché que Jesús para curar la posesión tuviera
que dar pastillas. Y tenía toda la razón. Mire, en el caso que menciono, cuatro
exorcistas distintos le han dicho: «tú necesitas exorcismo». ¡Pero una
psiquiatra y una psicóloga, tras quince sesiones, todavía no tienen claro qué
tiene!
¿Se debe pedir autorización para
aplicar un exorcismo?
Sí.
Al obispo de la diócesis donde se vaya a realizar el exorcismo. Nadie puede dar
permiso para otras diócesis, no hay exorcistas ambulantes.
Cuando ha realizado un exorcismo,
¿Utiliza el Ritual último aprobado por la Iglesia, el anterior o una mezcla de
ambos?
He usado tanto el antiguo Ritual de Exorcismos como el nuevo. Ambos con fruto y total eficacia. Lo digo porque algunos piensan que un Ritual es más efectivo que otro. Y después lo que también he usado con más frecuencia es la oración espontánea. Buena parte de mis oraciones (durante el exorcismo) eran el rosario, la Adoración al Santísimo Sacramento. ¡Oraciones comunes y privadas que tienen tanto efecto si se hacen con fe! Si uno improvisa, cada día lo hace distinto, la oración misma resulta más enriquecedora. Esta es la razón por la cual yo no me he delimitado a un solo ritual.
¿Y utiliza sacramentales como agua
bendita exorcizada, sal exorcizada, cruces de palma? Se ven tantas cosas…
Yo
pongo mi acento en la Fe, en la oración, en la Adoración de la Eucaristía.
Ahora bien, cada vez que me ha parecido aspergeo con agua bendita o ungía con
óleo bendecido, acercaba unas reliquias o ponía una cruz sobre la cabeza.
También a veces bendecía incienso y lo pasaba por los bancos donde estaban
sentadas las personas con influjos demoníacos. Este incienso bendito lo ponía
alrededor de ellos para que, sintiendo el sacramental, pues atormentar más a
los malos espíritus que allí había. Otros sacramentales no he usado. Siempre
los que se usan en la Tradición de la Iglesia.
¿Sólo interviene para enfrentar al
demonio en personas que están poseídas o también ha atendido casos de casas
embrujadas, personas que han sido maldecidas?
Casas
sí que he ido, cuando estaban en mi diócesis. Allí he realizado oraciones para
que la presencia se marchara. Sobre personas maldecidas, pues mire yo no tengo
forma de saber si alguien ha sido maldecido o no. Nunca he visto el mundo
espiritual, yo veo los posesos. Si alguien me dice «me han hecho un maleficio»,
lo que hago es orar para ver si hay una reacción, un espíritu dentro que
manifiesta su presencia. Si cuando oro no se produce reacción, pues le digo:
«yo no veo en usted ningún mal espíritu».
¿Tienen
efecto o no los maleficios que alguien pueda hacer? Lo desconozco. Me inclino a
pensar que sólo excepcionalmente producen efecto. El mundo maléfico tiene
muchas limitaciones para actuar, no está dejado libre. Es mi personal opinión.
Pero tampoco puedo decir que en ningún caso producen efecto. Porque si nosotros
podemos llamar a los ángeles para ayudar a alguien… «Ayúdale a esta persona,
guíale, protégela en este viaje», etcétera, no puedo decir que nunca tenga
efecto la invocación al demonio para hacer daño, si Dios lo permite buscando
sobre todo el bien espiritual. Porque la santificación de la persona no sólo
ocurre a través de la gracia. También el sufrimiento, las adversidades, las
cosas malas que nos suceden son como un cincel con el cual vamos siendo
tallados, como una estatua. Entonces no hay ningún problema teológico en
(considerar) que la causalidad demoníaca sea también un instrumento de
santificación, aunque ellos (los que invocan al Demonio) no lo quieran. De
hecho también Satán santificó a Job aunque no lo quería, pero de hecho lo
santificó. Conclusión: Aconsejo a todos que se olviden del tema ‘maleficio’,
que no se obsesionen, porque si tiene efecto, ha sido permitido por Dios y eso
lo hará en muy pocas ocasiones.
En el mundo hoy ¿Qué creencias,
actividades, actos, facilitan la posesión o derechamente la permiten?
Evidentemente
todos los exorcistas señalan el esoterismo. Todo espiritismo, invocación de
espíritus, la santería, el vudú, los ritos satánicos. La gente que hace
hechizos aunque fuere para conseguir el “amor” o que el negocio le vaya bien.
Esas cosas y actos, al invocar espíritus, atraen espíritus. No siempre producen
la posesión, pero de cada muchos casos algunos acaban teniendo influjos
maléficos y un pequeñísimo número la posesión.
¿Qué perjuicio, incomodidades o ataques
del demonio ha padecido usted y cómo se defendió?
Pues… alrededor
mío han ocurrido muy pocos hechos extraordinarios. Una vez se encendieron las
luces cuando me fui a acostar. Otra vez provocó problemas en el teléfono
que sólo puedo calificar de intervención demoníaca porque fueron muy extraños.
El teléfono (sin intervención humana) llamaba a personas cuando ese número no
estaba siquiera memorizado en el celular. El demonio desde mi número hacía
llamadas que quedaban como llamadas perdidas. La primera vez me dije, ¡qué
raro! Pero cuando se repitió varias veces, me di cuenta que eso no era normal.
Personas a las que no había llamado en meses de pronto recibían una llamada
perdida mía. Normalmente eran personas con las que de ningún modo yo quería
hablar. Son pocas cosas las que me han sucedido en estos años. Más que ataques
han existido signos de la presencia del demonio… como si me quisiera decir
«¡Estoy aquí!» Pero no ha podido hacer nada más. Creo que Dios ha permitido
cosas de este tipo como para decirme «Ten cuidado, porque el mundo espiritual
es real».
Padre Fortea ¿Cuáles son las armas que
cotidianamente un católico debe utilizar para combatir al demonio y sus
ataques?
Si
uno quiere combatir al demonio lo que debe hacer es combatir el pecado que
existe en sí mismo. Aunque no todo pecado procede del demonio, eso también
debemos tenerlo en cuenta. Porque las tentaciones también proceden del mundo y
de nosotros mismos. Pero combatir al demonio en definitiva es combatir el mal
que tenemos dentro. Por tanto hay que no pecar. La persona que peca estará más
vulnerable a las tentaciones del demonio. La persona que resiste, que hace
oración, que se esfuerza por seguir los caminos de Dios, se va haciendo más
fuerte contra esos ataques de la tentación, que son ordinarios. Los ataques
extraordinarios del demonio son muy raros y la mayor parte de las personas
nunca tendrán en su vida esa experiencia.
¿Y qué valor da al rezo diario del
Santo Rosario como defensa en ese sentido?
Todo
es bueno. Yo no puedo decir, usted tiene que obligatoriamente hacer esta práctica
de devoción o esta otra. Cada uno debe seguir su camino, el que siente en el
Espíritu Santo. Pero cuando le digo a la gente “orar”, después veo que
debo decirles algo específico. De lo contrario la gente no acaba de concretar.
Ahora bien, toda oración es positiva. No hay oraciones más poderosas. La
oración es hablar con Dios. Alguna pide más cosas, otra dirá algo diferente.
Uno puede improvisar o leerlas de un libro. Pero yo no soy quién para decirle a
la gente, si quieres estar protegido del demonio tienes que hacer esto. Pues
no, eso no lo puedo decir.
¿Y usted qué hace a diario para
mantener su armadura de defensa a punto?
Yo
para amar más a Dios, hago lo que siempre me enseñaron en el seminario. Media
hora de oración por la mañana al levantarme, delante del Sagrario; media hora
de oración por la tarde, antes de la cena. Al mediodía la lectura espiritual.
En el seminario hacíamos diez minutos de oración espiritual de un libro que
ayude al alma a enamorarse de Dios, fortalecer la vida virtuosa, enardecer el
espíritu con entusiasmo; esta es la lectura espiritual, y, luego, cinco minutos
leyendo la Biblia. También desde el momento en que soy sacerdote, ya no como
devoción sino como obligación, debo rezar las horas canónicas… el breviario a
lo largo del día. Por supuesto, también la misa diaria es parte de
mis obligaciones y placeres. Porque para mí la misa ha sido siempre el
encuentro en la cena pascual con el Maestro.
¿Qué es lo preternatural y en qué se
diferencia de lo sobrenatural? ¿Qué sería un buen ejemplo?
Lo
sobrenatural es la acción de Dios directa; lo preternatural es la acción de
ángeles y demonios. Ejemplo de acción sobrenatural es la gracia que toca el
corazón del hombre, la gracia que perdona los pecados, la gracia que santifica.
Ejemplo de acción preternatural puede ser un ángel que le recuerda a alguien
que tiene una cita de la que se ha olvidado o un demonio que a un hombre de
Dios le enciende las luces, le mueve las cosas de sitio. Los ángeles y demonios
pueden actuar hasta un cierto nivel. Dios es quien puede hacer absolutamente
todo. Santificar al alma directamente, actuar dentro de ella, eso solo lo puede
hacer Dios; los ángeles, que nos ayudan, sólo inspirarnos desde fuera.
¿Y los seres humanos tenemos algún tipo
de cualidad o poder preternatural?
No.
Nosotros actuamos dentro de la naturaleza. Preternatural es lo que va más allá
de la naturaleza, sobrenatural es lo que está completamente por encima de la
naturaleza, incluso de la naturaleza angélica.
¿Es posible identificar que existe una
causa demoníaca en algo que soñamos, pensamos o sentimos?
Sabemos
algunas pesadillas pueden estar inducidas por el demonio. Pero, ¿quién puede
saber cuándo una pesadilla ha sido causada por la influencia de un demonio? No
lo podemos saber. Pero sí, ellos pueden. De hecho en algunos casos parece muy
razonable concluir que es la rabia del demonio la que provoca, después de una
conversión, series de pesadillas durante un mes por ejemplo, que después ya
nunca más vuelven. Pero salvo casos donde se vea muy claro, nunca podemos saber
cuándo una pesadilla es provocada por un demonio.
Que Jesús con sólo una orden expulsaba
demonios y que ustedes los exorcistas reconocen que tras varios encuentros con
los posesos –que se suceden incluso por meses- no logran
expulsarlo ¿Señala que la fe de los sacerdotes exorcistas es débil, que el
Ritual de Exorcismos recomendado por la Iglesia no es lo más adecuado o hay
otro motivo?
No.
La razón por la que Jesús expulsaba los demonios tan rápido -tampoco voy a
decir instantáneamente ¿eh? hay algún caso en que el Evangelio nos dice cómo el
demonio se revolvía mientras el Señor lo exorcizaba-, era porque Él es Dios,
porque tenía que mostrar su dignidad. En el caso de los sacerdotes, no es que
haya falta de fe. Lo que se muestra en el exorcismo de los sacerdotes, es que
existe ese poder que Jesús ha dado, pero incluso actuando con el poder de
Jesús, el modo en que actúa ese poder deja claro que hay una diferencia muy
grande entre nuestro Maestro y nosotros sus discípulos. Puede parecer que en
algunos casos tener que pasar meses exorcizando sea demasiado… Pero ¡bueno!
¡Que otros lo intenten por su cuenta, a ver si lo logran por más que le digan
al demonio que salga! ¿Eh? Al final si sale es porque Dios quiere. Por otra
parte en algunos casos si esto se prolonga más allá de una o dos sesiones, es
porque Dios suele usar el exorcismo para que esa persona se acerque a Él. No es
tanto una deficiencia del sacerdote como un plan de Dios respecto de esa
persona.
¿Cuál es su valoración de las así
llamadas ‘oraciones de liberación’ que movimientos como la Renovación
Carismática Católica utilizan para combatir o intentar expulsar de alguien un
demonio?
Mi
valoración de la Renovación Carismática es muy positiva. He visto la acción del
Espíritu en ellos. También es cierto que depende de cómo sea (…) cada grupo.
Hay gente que es visionaria, otros que están obsesionados con el tema de los
carismas. Alguno por creer ser un iluminado entre Dios y la tierra, confunde,
no distingue su propia sugestión de los mensajes de Dios. Pero hecha esta
salvedad de que efectivamente algunas personas no hacen bien las cosas… no cabe
la menor duda de que la Renovación Carismática efectivamente es algo suscitado
por el Espíritu Santo. La Renovación Carismática es lo que el Espíritu Santo
quiere que sea en aquellos grupos de gente que le invoca, lo llama, le pide que
actúe, lo adora, que intentan escucharle a través de la Palabra de Dios, que le
cantan. Dios se manifiesta a través de esa sencillez. Es cierto, muchos piensan
que están locos, que hacen cosas extrañas. Pero normalmente en la Renovación,
aunque pueda haber excesos, se hace lo que el Espíritu Santo inspira que se
haga. Debemos ver los frutos. Porque realmente hay sanaciones, gente que se cura.
Ahora bien sobre el tema de la liberación, ellos pueden orar a Dios para
que nos ayude en nuestra lucha contra el demonio, pero sin una autorización del
Obispo, no deberían meterse en campos que la legislación de la Iglesia reserva
para los sacerdotes o grupos de liberación, pero autorizados por el Obispo.
En el Evangelio de San Juan, en el
capítulo 5 versículos 1 al 16 hay una frase que Jesús le dice a alguien que
sanó: «Has sido curado, no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán cosas
peores todavía». ¿Se deduce de esta aseveración que hay enfermedades que se
originan por el pecado? ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
Hay
enfermedades que provienen del pecado. Eso no sólo nos lo dice la Palabra de
Dios en el Antiguo y el Nuevo Testamento, sino que hasta la misma razón lo
entiende.
Pongo
varios ejemplos… Si alguien abusa del alcohol, le produce una enfermedad. Uno
entiende que esa enfermedad es fruto de su pecado. Si alguien cuando sale en el
automóvil y le dice la madre: «Hijo mío no corras tanto, vas a tener un
accidente, por favor no bebas antes de tomar el volante, por favor no seas tan
vanidoso de querer parecer ser el que más corre»… y reiteradamente a pesar de
los avisos dice: «¡Vah tonterías! Mira como no tengo miedo». Pues después si tiene
un accidente, se le podrá decir: «Este accidente es consecuencia de aquellas
faltas tuyas. Se te advirtió, se te dijo una y otra vez, ten más prudencia, ten
cuidado y tú siempre nos despreciabas. Pues ahora tú tienes que tomar sobre ti
el resultado de tus acciones». Por cierto hay gente que tiene un accidente y no
tiene ninguna culpa; debe entender que ese accidente forma parte de una prueba
de Dios. También enfermedades que de ningún modo el que las sufre tiene culpa
alguna y es una prueba. Un ejemplo… Conozco en Madrid a dos hermanos, ambos con
tendencia a la diabetes, lo sabían. Un hermano comió frugalmente, cuidó de no
tomar dulces e hizo mucho ejercicio. El otro siempre se reía de todas esas
cosas, comía de todo, yo le veía tomar dulces sin ningún problema, no le
gustaba hacer ejercicio. Ahora los dos son ancianos. Uno está perfectamente de
salud, no tiene siquiera que tomar pastillas y el otro tiene un gravísimo
problema. Pues ahí vemos como a veces al libre albedrío se advierte y sin
embargo uno toma decisiones.
¿Ahí tiene algo que ver el demonio?
No.
Estoy diciendo cómo hay enfermedades que proceden del pecado.
¿Y
el demonio puede provocar enfermedades?
El demonio alguna vez puede provocar enfermedades. Hay que entender que la enfermedad de forma general es fruto de las leyes naturales. Sólo en muy pocos casos vemos que hay una relación causa efecto entre algo verdaderamente extraordinario -rarísimo de verdad, muy raro-, y la enfermedad.
Y si vemos la intervención del demonio
en cuestiones morales Padre… ¿Las relaciones sexuales entre personas del mismo
sexo son una manifestación de la acción del demonio?
Yo
personalmente creo que hay algunos que pueden tener esas desviaciones desde el
nacimiento, por razones quizás genéticas o biológicas, sin ninguna culpa, ellos
sienten esa tendencia. Otros puede ser por circunstancias que les rodearon bien
en la infancia, bien en la juventud, influencias humanas que le llevaron por
ese camino y siguieron por él. Hay otros casos en que indudablemente
-ellos incluso a veces estaban casados- y su afán fue probar nuevas cosas,
nuevas experiencias que les llevó al final a eso. Conozco casos donde ese afán
de probar cosas nuevas al cabo de años les llevó incluso a dejar su mujer, con
la que antes habían estado felizmente casados, tenido hijos, etcétera.
Como
vemos la causalidad de la homosexualidad es variada. No podemos juzgar del
mismo modo a quienes desde el principio sienten esa tendencia, que a la persona
que ha sido un afán de probar nuevas cosas lo que le ha llevado a eso y al
final incluso ha dejado a su mujer. A mí me decía una vez un homosexual que
solía venir a la parroquia, que él había tenido relaciones con un hombre que le
gustaban las mujeres y que él mismo le dijo -porque tuvo una relación con él-,
«déjame porque si tú sigues por este camino, yendo a discotecas, bares a todos
los lugares que vas, en pocos años te van a dejar de gustar las mujeres,
no vas a poder tener una familia». Como se ve no es lo mismo un caso así que el
otro donde desde el principio alguien no siente atracción por las mujeres.
Estas distinciones hacen que la valoración de la responsabilidad sea muy
distinta.
¿Está una acción del demonio presente?
Yo
no veo que la homosexualidad sea una cuestión causada por el demonio. Por lo
menos yo no tengo ninguna razón para pensar eso. He orado por un cierto número
de personas que me manifestaron su homosexualidad y en algún caso había alguna
influencia, pero fueron los menos, y ni siquiera puedo decir que esa influencia
maligna fuera la causa de la homosexualidad, podría haber venido por otra razón
y no estar en eso.
¿Finalmente, recomendaría que en cada
diócesis hubiere un exorcista?
Mucha
gente piensa que hay una ley que obliga a que exista un exorcista en cada diócesis.
Eso no es verdad. Cuando surge algún caso, se debería exorcizarlo. Es necesario
comprender que un exorcista no debería improvisarse, sino ser alguien que se
formara con otro exorcista durante un tiempo y así cuando surja algún caso
podrá atender con verdadera profesionalidad, no improvisando. Entonces creo que
las diócesis antes de tener el problema, deberían preparar… enviar a alguno de
sus sacerdotes a prepararse con otro exorcista. No es una cuestión tanto de
estudios, como de ver a un buen exorcista.
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jueves, 13 de febrero de 2014
experiencias de un sacerdote
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