Síntomas de presencias maléficas
Cabeza.
• Se sufren dolores de cabeza día y noche sin parar.
• Síntomas de agitaciones que afectan al sueño.
• Dificultad para dormir, pesadillas o sueños con cosas horribles que dan miedo e impresionan fuertemente el espíritu y lo
angustian.
• Estos síntomas se pueden encontrar juntos o aislados .
• Mayor fatiga y agotamiento en el momento de levantarse, para empezar tareas que antes se hacían con gusto.
• Las
perturbaciones del sueño hacen que se pierda la personalidad por el debilitamiento de la
capacidad de autocontrol y de autonomía.
Estómago.
La manera más eficaz de hacer daño suele consistir en introducir el
maleficio en el interior del cuerpo: se suele usar una comida o una bebida en
la que se ha mezclado materia maléfica. Síntomas susceptibles de indicar que se
ha tragado un maleficio: dificultad para digerir, sensación de estómago
hinchado, anorexia, dolores o pesadez, tentativas de vómito repetidas o incluso
violentas, pero no seguidas de efecto sino de un poco de saliva.
Aversión
hacia lo sagrado.
Es evidente que Satanás hará todo lo posible para que el sujeto en
cuestión se aleje de Dios, de la oración y de los sacramentos. Le alejará de la
eucaristía, le causará desagrado encontrarse en una iglesia, le provocará
náuseas, opresión, pérdida de conciencia y confusión mental y, al final, la
persona ya no tendrá tiempo para rezar. Le resultará imposible concentrarse a
causa de las distracciones continuas y será presa de unas invencibles ganas de
bostezar, reír o dormir.
"Lo que
la Iglesia necesita con prioridad, hoy en día, es defenderse del demonio".
Pablo
VI.