miércoles, 29 de enero de 2014

Summa Daemoniaca Cuestión 123

¿Qué hacer en caso de absoluta ausencia de exorcista?.


Alguna que otra vez me han preguntado qué se debía hacer si había una absoluta ausencia de un sacerdote por encontrarse por ejemplo en territorio de misión. Al principio trataba de capear la pregunta con respuestas del tipo: hay que conseguir llegar hasta un sacerdote. Pero los años han presentado ante mí situaciones que me han dado a entender que efectivamente hay situaciones en las que no hay posibilidad alguna de hacer llegar al poseso hasta un sacerdote. Y situaciones en que si el sacerdote llega, va a tener trabajo acumulado de años como para dedicar horas y horas a un exorcismo.

Para esos casos completamente excepcionales en los que se de una absoluta imposibilidad de poder obtener una ayuda ordinaria de la Iglesia, los cristianos que haya allí deben reunirse y rezar la siguiente oración, el siguiente exorcismus missionalis:

Señor, Dios todopoderoso, misericordioso y omnipotente, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo, 
expulsa de él toda influencia de los espíritus malignos.
Padre, en el nombre de Cristo te pido 

que rompas toda cadena que los demonios tengan sobre esta persona.

Derrama sobre él la preciosísima sangre de tu Hijo. 

Que su sangre inmaculada y redentora quebrante toda atadura 
que exista sobre su cuerpo y su mente.
Todo esto te lo pedimos por intercesión de la Santísima Virgen María. 

San Miguel arcángel, intercede, ven en su ayuda.

En el nombre de Jesús ordeno a todo demonio 

que pueda tener alguna influencia sobre él, que salga para siempre. 
Por su flagelación, por su corona de espinas, 
por su cruz, por su sangre, por su resurrección, 
ordeno a todo espíritu maligno que salga.

Por el Dios verdadero, por el Dios santo, 

por el Dios que todo lo puede, 
te ordeno demonio inmundo que salgas 
en el nombre de Jesús, mi Salvador y Señor. Amén.

Esta oración debe ser repetida cada día, durante un tiempo que puede variar de unos minutos a un cuarto de hora o media hora o incluso más tiempo. Las oraciones a Dios pídanse con humildad, el mandato al demonio hágase con el tono de una orden. Gritar no tiene más efecto. Si el demonio no se agita al repetirla, récese el rosario allí en grupo en voz alta. Acabado el rosario vuélvase a repetir la oración durante un rato. Si vuelve a no dar signos de agitación, vuélvase a rezar otro rosario. Lo ideal es proseguir así durante mucho tiempo.

Esta oración, junto al rezo del rosario, tiene la ventaja de ser una oración breve unida a un sistema sencillo de exorcizar que se puede usar también, haciendo ligeras acomodaciones, para los casos de infestaciones. Incluso, si no es un caso de posesión, la persona lo puede usar para liberarse de influencias que provengan del demonio. Pero no es una oración de protección, sino de expulsión. Y por tanto debe ser usada sólo por personas que sin ninguna duda tengan ese tipo de disturbios para los que está pensada.

En cada caso habrá que hacer en la oración los cambios pertinentes. Por ejemplo, donde se dice expulsa de él toda influencia de los espíritus malignos, habrá que decir expulsa de esta casa toda influencia... Hay que repetir que esta oración está pensada para los lugares de misión, para no dejar desamparados a aquellos posesos para los que la aplicación de las normas generales supondría una desprotección del fiel cristiano.



Las influencias demoníacas



Lo primero que hay que decir es que así como en la posesión es posible llegar a la completa seguridad o al menos a una certeza moral de que una persona está sufriendo ese fenómeno -la posesión-, no ocurre lo mismo con las influencias demoníacas que algunas personas sufren. En el caso de las influencias todo es más etéreo, más difuso y en la mayor parte de los casos de imposible comprobación. Digo en la mayor parte de los casos, porque en otros la conexión causal entre el demonio y unos sufrimientos sí que está más que demostrada.
Es cierto que ha habido casos en que determinadas visiones, pesadillas interminables, problemas aparentemente psicológicos y otras cosas, han probado tener una conexión con la acción del demonio.
En los casos en los que la ciencia médica después de años o meses no logre solución, se puede probar con la oración. Pero siempre teniendo en cuenta que no es posible llegar casi nunca a saber con seguridad si todo es natural o algo tiene que ver con el demonio.
Sin embargo, si la persona orando la oración que aparece más abajo se encontrara cada vez mejor y esta mejoría tuviera un carácter duradero, entonces sería signo de que aquello tenía una causa que iba más allá de la naturaleza.
Una persona que crea estar sufriendo en su cuerpo o en su mente una influencia del demonio que va más allá de lo natural puede decir cada día esta oración:
Señor, Dios todopoderoso, misericordioso y omnipotente,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
expulsa de mí toda influencia de los espíritus malignos.

Padre, en el nombre de Cristo te pido que rompas toda cadena
que los demonios tengan sobre mí.

Derrama sobre mí la preciosísima sangre de tu Hijo.
Que su sangre inmaculada y redentora quebrante
toda atadura sobre mi cuerpo y mi mente.

Todo esto te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen María.
San Miguel arcángel, intercede, ven en mi ayuda.

En el nombre de Jesús ordeno a todo demonio que pueda tener alguna influencia sobre mí,
que salga para siempre.
Por su flagelación, por su corona de espinas, por su cruz, por su sangre, por su resurrección, ordeno a todo espíritu maligno que salga.

Por el Dios verdadero,
por el Dios santo,
por el Dios que todo lo puede,
te ordeno demonio inmundo que salgas en el nombre de Jesús, mi Salvador y Señor.

.............................
Esta oración debe ser repetida cada día, una vez o varias. Más que el número de veces que se reze lo que importa es el fervor y la fe con que se haga. Para ello hay que concentrarse en la oración y pedir humildemente a Dios y ordenar al demonio que salga. En esta oración a Dios se le pide con humildad y amor, al demonio sin embargo se le ordena, sin ira, sólo con fe.
Por supuesto esta oración debe ir acompañada de una conversión en la vida de la persona. Es decir, de nada sirve pedir que se arranque de nosotros una influencia del demonio si seguimos viviendo en el pecado mortal.
La persona que quiera romper con el demonio debe confesarse, ir a misa los domingos y cumplir los diez Mandamientos.


Exorcismo y discernimiento







Don Gabriele Amorth, el conocido exorcista del Vaticano nos habló, en una conferencia, de una cuestión muy importante para la vida de los cristianos, sobre todo en este tiempo en el que luz y tinieblas se contraponen de forma evidente. El tema tratado, "Exorcismo y discernimiento", puede sintetizarse en tres puntos.
 
1. La existencia del demonio. Ante todo hay que encuadrar el problema de la existencia del demonio, cuestionada por un buen número de teólogos racionalistas, los cuales querrían interpretar a Satanás sólo como un mito o un símbolo del mal en general. A estos estudiosos les recordamos la enseñanza del Catecismo de la Iglesia Católica: "cuando al final del "Padre nuestro" se dice "líbranos del mal", por "mal" se entiende la persona del Maligno, no el mal en general" (CIC n.2851).
El Papa Pablo VI dijo respecto del diablo: Satanás es un agente perverso y pervertidor…no es sólo un demonio, sino una temible pluralidad. Por tanto, Satanás es persona, más bien, es una pluralidad de personas; comprende todos aquellos ángeles que, habiéndose negado a obedecer a Dios, se convirtieron en demonios, es decir, rebeldes y malditos. Como base de esta doctrina de la Iglesia, es oportuno buscar en la Biblia esos fragmentos donde aflora que la existencia de Satanás está claramente revelada en la Escritura; además, puede comprenderse que hablar del demonio significa hablar indirectamente de Cristo, porque la Biblia afirma que Jesús es el Salvador en cuanto que vino a liberarnos del poder del Maligno. "Satanás es libre, inteligente y con espíritu de iniciativa".
 
2. La acción del diablo. Su actividad principal, que podemos definir como ordinaria, consiste en tentar al hombre para que haga el mal, buscando alejarlo de Dios. Por esto, no es suficiente "creer en Dios" - como de hecho cree el 90% de los italianos - sino que hay que cumplir la voluntad de Dios. "En mis 45.000 exorcismos - explica irónico don Amorth - no he encontrado nunca un diablo que no crea en Dios. Creer no sirve para nada; lo que hay que hace falta es cumplir con lo que Jesús nos pide" (cf. St 2, 14-20; Mt 7,21).
A esta acción tentadora del demonio estamos todos sometidos, y durante toda la vida, como también lo estuvieron Jesús y María; por esto, hay que vigilar, evitar las ocasiones de pecado y, sobre todo, orar, porque solos perdemos la lucha contra Satanás, mientras que unidos con Cristo en la oración la vencemos.


Luego hay una actividad extraordinaria del demonio, que consiste en procurar molestias particulares, excepcionales; esto ocurre a veces por culpa nuestra, pero a veces también ocurre por culpa de otros. Podemos clasificar estos males en 4 categorías, aunque aún no existe entre los exorcistas un lenguaje común para describir los fenómenos demoniacos.

 
* posesión: el diablo entra en el cuerpo humano y se manifiesta con gestos y palabras. En ese caso ha de quedar bien claro que Satanás no puede nunca apoderarse del alma.
 
*vejación: el demonio ataca a una persona con sufrimientos y maleficios, actuando en el plano de la salud, de los afectos o del trabajo. Es un caso muy difícil de discernir porque a menudo estos males vienen de Satanás pero de un modo indirecto, no evidente, hasta el punto de parecer fenómenos naturales. Por tanto, las personas afectadas, a menudo incomprendidas por sacerdotes y obispos que a veces saben poco de estas cosas, buscan ayuda en brujos; y los problemas luego se complican, porque la eficacia de la magia viene del reino de las tinieblas.
Es una ilusión estúpida pensar que la magia blanca, ésa que se realiza teóricamente "con un buen fin" pueda utilizar el poder del Maligno para traer beneficios y eliminar el mal. La magia siempre es negra y maléfica, incluso cuando se presenta como "buena".

 
* obsesión: se trata de perturbaciones que tiene el hombre, que afectan a su serenidad interior, su equilibrio psico-emotivo. Satanás ataca causando turbación, angustia y tormentos íntimos.
 
* infestación: son aquellos maleficios que afectan a las cosas y a los animales. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que se pueden exorcizar también las cosas (CIC n.1673), y en efecto, es necesario a veces exorcizar casas o lugares.
 
Todos estos males particulares, que sin embargo no tienen nunca poder sobre el alma, se reciben por 4 motivos:
 
  • por libre iniciativa del demonio. Dios, en virtud de la libertad concedida a las criaturas, tolera que Satanás obre el mal, aunque el mal no sea la voluntad de Dios. Esto no es tanto un permiso de Dios al mal, como una no-intervención inmediata suya. Los motivos de esta voluntad divina en parte se nos escapan; pero sabemos que Dios tiene el poder de transformar el mal en bien. Muchos santos han sido atacados por posesiones, vejaciones, obsesiones, y se han santificado a través de estas pruebas: Padre Pío, el Cura de Ars, S. Gema… No olvidemos pues el valor de la cruz. Los males satánicos, ofrecidos en sacrificio a Dios, tienen un poder de redención enorme. 
  • por frecuentar lugares peligrosos: magos, astrólogos, grupos satánicos, sesiones espiritistas.
  • persistencia en pecado grave. Con el paso del tiempo, nos "endurecemos" en el pecado y el mal enraíza profundamente en nosotros.
  • maleficios: es la causa más común, abarca el 90% de los casos, y no depende del que recibe los males. "Maleficio" significa un mal hecho con la ayuda del demonio. ¿Quién puede realizarlo? No todos, sino sólo los brujos que están realmente en contacto con el diablo. Hay varias formas de maleficio: hechizo, atadura, mal de ojo… El culpable de estos males es quien ordena el maleficio y quien lo hace.
3. La autoridad que Cristo ha dado a la Iglesia para que expulse a Satanás. Jesús dio este poder, primero a los Doce, y luego a los 72 discípulos; finalmente, lo extendió a todos los creyentes: "éstos son los signos que acompañarán a los que creen: en mi nombre arrojarán los demonios" (Mc 16,17). Hoy, sin embargo, el exorcismo sólo puede hacerlo un sacerdote autorizado por su Obispo, y con el permiso del Obispo del lugar. De todas formas, todos los fieles pueden recitar las oraciones de liberación, para ellos y para otros, sin necesidad de autorización del Obispo, que puede como máximo prohibir la forma pública o el lugar donde estas oraciones se realicen.
El objetivo de estas oraciones es el mismo del exorcismo, o sea, expulsar a Satanás; pero mientras que el exorcismo es la oración oficial y pública hecha en nombre de la Iglesia - y por esto es por sí misma más eficaz - la oración de liberación es siempre una oración privada, la cual, en algunas casos puede dar también grandes resultados. En la época de S. Catalina, de hecho, ocurrió que se le llevaban a ella los casos de posesiones más difíciles: Catalina, que no era sacerdote pero era santa, conseguía liberarlos. Así también S. Francisco, S. Leopoldo Mandic y tantos otros santos, que sin ser exorcistas, liberaron a muchos endemoniados. En líneas generales, el poder de expulsar los demonios depende de la fe y de la oración. 

 
Massimiliano Curletti






¿Cuáles son los más malignos de todos los demonios?




Por el Pbro. José Antonio Fortea Cucurull

Podría parecer que los demonios más perversos tienen que ser los de más alta jerarquía, pues no. No hay relación entre naturaleza y pecado. Un naturaleza angélica de la última jerarquía pudo ser mucho más perversa que un ángel superior.

El mal que puede cometer un ser libre no depende de la inteligencia, ni del poder que posea. Siempre ponemos como ejemplo de malignidad al jefe de las SS, Heinrich Himmler. ¿Pero no pudo ser peor que él alguno de sus subordinados? Por supuesto que sí.

Entre los hombres vemos que alguien menos inteligente y en un puesto social poco relevante puede ser mucho peor, mucho más perverso, que un gran dictador. Y lo mismo dicho para el mal, vale para el bien. Un ángel de la última jerarquía pudo ejercitar más sus virtudes que uno de más alta jerarquía.

De la misma manera que una viejecita humilde sin estudios y que sólo se ha dedicado a las labores de la casa toda la vida puede ser más santa que un arzobispo o un sumo pontífice.
Una interesante pregunta que se desprende de todo esto es si la jerarquía que nos da la Biblia (ángeles, arcángeles, principados...) es una jerarquía de la gracia o de la naturaleza.

Es decir, los serafines son los más santos o sólo los más poderosos y en los que más brilla el fulgor de la inteligencia angélica. Mi opinión es que es una jerarquía según la naturaleza.

Pues las descripciones visuales de los cuatro vivientes alrededor del Cordero (los ángeles de la mayor jerarquía) dan más bien impresión de poder y conocimiento, al igual que los mismos nombres de las nueve jerarquías.

El nombre de principado o potestad, por poner dos ejemplos, son nombres que indican más bien poder. Además, es más sencillo hacer jerarquía de la naturaleza que de la gracia.

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Consejos para posesos y exorcistas: Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo 3º


Consejos para posesos y exorcistas: Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo: De la 61 a la 90



Por el Pbro. José Antonio Fortea Cucurull

61 El amor por la persona es lo que proporciona poder a la oración. Tanto cuanto sea el amor, tal será el poder de la oración. Por eso cuando voy a exorcizar o a discernir un caso, ocupo unos instantes en hacer un acto interno y silencioso de amor por ese semejante pensando, por ejemplo, en lo mucho que le ama su padre Dios, o medito que esa persona tiene sus proyectos, ilusiones y otras cosas humanas que dependen de que yo haga bien mi trabajo, con caridad. A veces mirar a la madre de la persona que le ha acompañado basta para excitar esa caridad por áquel por quien vamos a orar para discernir si tiene algo o no. Desde luego, si esas oraciones para discernir se fueran convirtiendo en algo mecánico, el demonio cada vez tendría más posibilidades de ocultarse en ese cuerpo. Por eso hay no pocos demonios que pueden resistir las oraciones de los exorcistas para discernir si hay posesión. Muchos demonios tienen muchos recursos para resistir esas oraciones, sólo la caridad ardiente y la humildad les desarman.

62 Los exorcistas siempre son atacados por el demonio. Y muchas veces el ataque viene de la jerarquía o de los hermanos sacerdotes. Si uno no está dispuesto a aceptar con buena cara esa moneda en pago por el ministerio, entonces es mejor no tomar sobre sí este servicio a los hermanos.

63 En nuestra época racionalista, el exorcismo es un servicio eclesial que hay que realizar dentro de la Iglesia pero a pesar de muchos eclesiásticos. Es un servicio de caridad que siempre hay que realizarlo en comunión con el obispo, pero sin esperar nada a cambio más que denuncias y reproches. Por eso desde el principio el exorcista debe hacer firme propósito, y renovarlo con frecuencia, de no seguir realizando esta actividad de ayuda al prójimo si algún día se le retira el permiso.

64 El demonio siempre trata de romper el matrimonio de los posesos.

65 Cualquiera que sufra una tentación, si la comenta con el sacerdote, entonces esa tentación ya no se incuba en la oscuridad, queda descubierto el plan del demonio. Comentar cuáles son las tentaciones al sacerdote es como revelar a él y a uno mismo cuáles son las tácticas del Maligno. Esto entre los miembros de un equipo de exorcismo es algo esencial, pues el demonio tratará de sembrar desconfianzas, juicios críticos, animadversiones entre los miembros. Es necesario comentar en privado con el sacerdote o entre todos cuáles son las tentaciones, y nunca comentarlas de modo privado entre los colaboradores. Pues con la excusa de un desahogo o de la conveniencia de pedir consejo uno puede ir envenenando a personas del equipo. Todo debe hacerse a la luz del día, entre todos, sin ir creando de forma espontánea grupitos. En mi equipo está totalmente prohibido comentar dudas acerca del modo de hacer un exorcismo entre cualesquiera que pertenezcan al grupo. Si uno tiene una duda, hay que comentarla cuando estamos reunidos, pero no privadamente. Y si algo, por su naturaleza, no es conveniente que se comente de ese modo, hay que hablarlo únicamente con los sacerdotes que dirigen el grupo.

66 Si el exorcista se ve muy perseguido y cree que no puede aguantar más desprecios que recuerde que “El discípulo no está por encima del maestro, ni el esclavo por encima de su amo. (…) Si al dueño de la casa le han puesto de mote “Belcebú”, ¡cuánto más a su servidumbre!” Mt 10, 24-25. A Jesús, al Bueno por antonomasia, le llamaron Belcebú. Ésa es la tragedia, que al bien se le toma por mal. Al exorcista se le considera como un mago o un brujo en cuanto profundiza en los modos de exorcizar y hace algo que no está escrito en el ritual. Nunca el ritual, ni presente ni pretérito, ha dicho que sólo es válido y lícito lo que aparece en el ritual. El ritual está redactado en base a unos conocimientos, en base a una experiencia, de ahí que a mayor conocimiento y mayor experiencia cabe una praxis más ajustada a cada caso. Perseguir todo aquello que se salga de lo escrito en el ritual sería afirmar que el ritual es inmejorable..

67 Lo malo no es la persecución de los malos, sino la de los buenos. Que nos persigan los demonios, lo entiendo. Que nos persigan los ateos lo entiendo. Más duro es ver que a veces personas muy buenas, persiguen a los exorcistas.

68 La mayor parte de los exorcistas del mundo son párrocos, y si un exorcista es párroco Dios quiere que sea padre de su rebaño. El demonio suele seducirlos para que sean menos padres de sus rebaños y se dediquen más al exorcismo. Porque el exorcismo parece más interesante, parece que viste más, que es más prestigioso. La labor de pastor queda eclipsada ante la labor de luchador contra el demonio. Eso es un grave error. El párroco debe ser ante todo buen párroco. De desempeñar bien su labor, le vendrán muchas gracias para su combate contra el demonio. Pero descuidar o despreciar la maravillosa labor de conducir a las almas a los pastos divinos para dedicarse a una labor más prestigiosa, es un engaño del demonio. El demonio tienta a los sacerdotes para que no sean pastores de sus rebaños.
El exorcista párroco debe estar centrado en su parroquia y en su rebaño para conducirlos a la santidad. Sin hacer bien esta misión, al exorcista le faltará fuerza para luchar con el poder que Dios quiere. El Cura de Ars fue un gran exorcista porque antes fue un gran párroco y cuidó perfectamente de su rebaño. Pues al exorcista hay que decirle: tu poder está en el amor. “¿Me amas?, apacienta mi rebaño”.

69 El exorcista y el poseso deben meditar las palabras santas de la Virgen María en el Magníficat: Un Magníficat en el que aparece Dios como salvador, que se fija en la bajeza de cualquiera de sus esclavos, y que al fijarse obra cosas que hace que las generaciones feliciten a ese siervo en el que Él se ha fijado, pues obra en su favor grandes cosas el Poderoso cuyo nombre es “Santo”. La alabanza de la Virgen sigue hablando de su misericordia, de la necesidad del temor de Dios, de las proezas de Dios. Y sin embargo a los demonios los dispersa, los derriba, los despide vacíos.

70 María es ejemplo de fe. Y el exorcismo es, lo primero de todo, fe.

71 María es la madre que necesita todo enfermo mental que sufra una influencia demoníaca y todo poseso que venga al exorcista en busca de curación o liberación.

72 El poseso tiene un demonio en su cuerpo, María tuvo al Verbo encarnado dentro de su cuerpo: es la antiposesión por antonomasia.

73 Una fuente poderosísima de fuerza para el sacerdote será la devoción al Cuerpo de Cristo. La fe en la Encarnación es el fundamento para el amor a Jesús. Porque la Eucaristía es la Encarnación. Al comulgar tenemos a Jesús como María lo tenía cuando lo llevaba en su seno. Jesús encarnado está sobre el altar. La fe del Antiguo Testamento es la fe de Abraham, la fe del Nuevo Testamento es la fe de María. En el Antiguo Testamento se menciona muchas veces la palabra “Alianza”. En el Evangelio sólo una vez: en la Última Cena. Jesús es la Nueva Alianza, la Eucaristía es la Alianza.

74 Por eso las sectas satánicas usan para sus fines sacrílegos ante todo la Eucaristía o sino el cuerpo humano, pues el hombre es la imagen de Dios.

75 Durante el ritual de exorcismo tenemos que poner más confianza en la Eucaristía y no tanto en los objetos.

76 Tenemos que cuidar a la gente que venga a nosotros porque ellos son imagen de Dios. Ellos son imagen de Dios en mayor medida que una cruz o el agua bendita.

77 Y toda la gente intentaba tocarlo, porque salía de él fuerza y curaba a todos Lc 6, 19. El Cuerpo de Cristo y el cuerpo del hombre son muy importantes. Con razón que haya órdenes religiosas que cuiden de los enfermos en todos sus aspectos. También nosotros cuidamos del ser humano en otro aspecto que tiene que ver con la corporalidad.

78 La Eucaristía es Dios.

79 La Eucaristía es el Dios viviente, el Dios vivo, el Dios vivificador. Ninguna medicina mejor para la posesión que ésta.

80 El exorcista antes de exorcizar debe dirigirse a los posesos predicándoles. Si tiene muchos casos, incluso reuniéndolos.

81 Siempre aconsejo a los posesos que recen en las iglesias. Les digo que pueden rezar en sus casas, pero no se reza igual delante del sagrario que en el salón de casa. En una iglesia silenciosa, bella, sin mucha luz, sin mucha gente, la oración surge espontánea. Son lugares donde la presencia de Dios se palpa. Son lugares sagrados donde con menos esfuerzo en la oración mental se logra más.

82 Los posesos vienen tristes. La felicidad es uno de los frutos de la verdadera fe.

83 La Virgen María es tan dulce, tan suave, que el demonio no sabe qué hacer con ella. Ella viene siempre a los exorcismos si se lo pedimos.

84 Los pecados hacen más poderosos a los demonios. En realidad no porque los demonios aumenten el poder inherente a su naturaleza, sino porque los hombres, a veces las sociedades enteras, se hacen más débiles ante su tentación personal o colectiva. En ese sentido me acordaré siempre de lo que un alma de Dios me dijo: la sangre de los niños abortados
alimenta a demonios que con esa sangre se hacen más poderosos con los hombres.

85 A través del cuerpo se comunica la bondad. Bien sea ayudando al enfermo, al poseso, en el amor de los esposos, al alimentar una madre a su hijo, etc, etc. El amor es algo espiritual, pero se comunica a través del cuerpo. Sin el cuerpo quedaría oculto en el alma, a través del cuerpo se ejerce, se fortalece esa caridad. El cuerpo transmite el amor del alma, aunque únicamente sea con el sincero gesto de la cara.

86 Por eso, por esa repercusión de la corporalidad sobre el alma, tiene tanta importancia la sexualidad. Si el poseso no está dispuesto a seguir sumisamente las enseñanzas de la Iglesia sobre sexualidad, entonces no se dará una liberación plena.
Basta que una persona use en el matrimonio el control de natalidad, para que no se de esa liberación total de las ataduras del demonio sobre ese cuerpo. Es curioso que sea por esta vía de la posesión por la que nos demos cuenta de lo importante que es cada enseñanza de la Santa Iglesia por pequeña y opinable que parezca. A Dios no se lo parece.

87 No se pueden echar demonios como Jesús, sino se cuidan a las ovejas como Él.

88 Lo mismo que el párroco pierde mucho tiempo con sus ovejas, así también el exorcista tiene que dedicar tiempo a los infelices posesos que acuden a él. No puede decirles que no tiene tiempo. Si no tiene tiempo, no puede tomar sobre sí ese ministerio. Si uno no tiene tiempo hay obligación en conciencia de pedir ayuda al obispo. Uno no debe engañarse pensado que el obispo no tiene suficientes sacerdotes. O se ejerce bien un ministerio o hay que ponerlo en conocimiento del obispo. Digo esto porque hay exorcistas que pueden tener prevenciones a la idea de que en su diócesis haya dos exorcistas y no sólo uno.

89 Uno de los mayores problemas que se encuentra el exorcista es que tiene que liberar del demonio a personas que viven en uniones ilícitas o que tienen graves vicios sexuales. El pastor debe actuar como padre, anunciándoles el Reino de los Cielos de modo suave, agradable y, sobre todo, progresivo. La persona que va a ser exorcizado va a pasar de una etapa previa al Antiguo Testamento, al Nuevo.

90 Pero por muy paternalmente que se actúe, con los meses hay que ir dejándole claro tras el descubrimiento de Dios, que el matrimonio es una vocación y que debe ser vivido con toda la seriedad que esa vocación requiere. Si a un sacerdote no le pedimos que viva mal su sacerdocio, a un casado no se le puede permitir sin darle importancia que viva mal su matrimonio, su vocación en el tiempo antes de la eternidad. Por tanto si un divorciado debe vivir en castidad, entonces el laico DEBE vivir en castidad sea lo condescendiente que sea el cura. Y eso sea cual sea el estado de esa persona: soltero, casado, separado…isfrutará de Dios. Es muy conveniente, por tanto, que el marido esté en el exorcismo, pues su oración estará llena de amor. También existe un amor especial entre hermanos y otros grados de parentesco o amistad.

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Consejos para posesos y exorcistas: Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo 2º


Consejos para posesos y exorcistas: 
Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo: De 31 al 60




Por el Pbro. José Antonio Fortea Cucurull

31 Maldice a Dios y muérete (Job 2, 9) le dirá la mujer de Job a su marido. Ésas son palabras de Satanás. En la desgracia hay ocasiones en las que los familiares dicen cosas que son de Satán. En esos momentos hay que escuchar únicamente la voz de Dios. Y si respondemos, la mejor respuesta serán las palabras de su misma Palabra santa.

32 La definición de liberación debe estar centrada en la persona y no en el demonio.

33 El cuerpo es la llave para el alma. Satán usa el cuerpo para lograr el alma; éste es uno de los mensajes implícitos del libro de Job.

34 Señor, si quieres puedes limpiarme (Lc 5, 12). a.. “Si quieres”, es decir: yo quiero tu voluntad. Esta oración tienen que aprenderla los que vengan a ver al exorcista. b. “Puedes”, es decir: yo creo en ti. Creo. Ésta es la segunda parte de la oración. Primero: yo quiero tu voluntad. Segundo: Tú puedes, no tengo la menor duda. c. “Limpiar-ME”, es decir: me pongo a mí al final. Me acerco a la sanación con humildad, no con egoísmo. Cuando me acerco con humildad y no con egoísmo, entonces y sólo entonces, Él puede sanarme.

35 Extendiendo la mano le tomó diciendo: quiero. (Mt 5, 13). Lo cual es una forma de decir: te amo. En ese “quiero” se halla un “te amo”. “Si quieres”, la persona tiene que posponer su voluntad a la de Dios. Entonces, a esa humildad llega el “quiero”, es decir, el amor de Dios y su voluntad son una misma cosa.

36 Para oírle y ser curados (Lc 5, 15). Él no quiere que vayamos sólo para ser curados, sino también para oírle. La sanación viene de la escucha.

37 Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo (Mt 4, 1). Fijémonos en que el texto nos presenta la preposición “para”. Fue allí para eso. Se dirige para ser tentado, ése es el fin, porque de la tentación resistida, del sufrimiento, nacen frutos para el alma. Sin ese sufrimiento no hay esos frutos. El poseso no necesita ir al desierto para ser tentado, tiene al demonio dentro. Pero los frutos serán los mismos si sostiene ese combate espiritual.

38 No sólo de pan vive el hombre (Mt 4, 4). La Palabra de Dios, el mero hecho de leerla, da vida.

39 En Mt 4, 5 vemos que el Diablo le lleva a Jesús a la Ciudad Santa. Para tentar a Jesús no lo lleva a un lugar de pecado, sino a un lugar santo. El demonio para llevarnos al mal, puede usar el bien.

40 Tenemos que reconocer que somos tan poca cosa, tan débiles, que lo único que podemos hacer en esta lucha espiritual es ocultarnos bajo el manto de María, incluso en su santísimo vientre como un niño que está en su seno, tranquilo y dejándose llevar.

41 Durante el exorcismo, tenemos que estar en espíritu de adoración. El incienso espiritual de nuestra adoración ahogará al demonio. En adoración, estaremos más dispuestos a recibir las inspiraciones de Dios. Si el exorcismo es, ante todo, alabanza a Dios, el exorcismo no nos cansará, ni nos desgastará. Saldremos relajados, robustecidos, dando gracias a Dios de permitirnos realizar esa función para bien de esa persona y de toda la Iglesia.

42 El mejor modo de aprestarse a la lucha que es el exorcismo es 1º estar en adoración, tratando de sentir a Dios todo el tiempo 2º con una profunda compasión por la persona a la que se va a ayudar (el exorcismo no puede ser la aplicación fría de un ritual o el uso de una mera técnica).

43 El exorcista que se vea atacado puede alejar al demonio diciéndole: apártate de mí, no por mi poder, ni por mi santidad, sino porque adoro a Dios.

44 Cuando adoro a Dios, los ángeles vienen; “y vinieron los ángeles a asistirle” (Mt 4, 11). Cuando adoro a Dios, mi corazón es el trono del Altísimo rodeado de ángeles. Y así, en un exorcismo, cuando adoramos a Dios la capilla se transforma en un pedazo de Cielo. Creamos un pequeño pedazo de cielo sobre la tierra y entonces se produce lo que aparece en Apocalipsis 12, 7: Y se entabló un combate en el cielo. Miguel y sus ángeles luchando con el dragón. Y el dragón luchó y sus ángeles. Eso aunque no lo veamos sucede en la capilla durante el exorcismo si los que están allí están creando un pedazo de cielo.

45 Tres cosas hay que cuidar en cada exorcismo y acerca de ellas hay que meditar mes tras mes: -La Palabra de Dios -No tentar al Señor -Adorarle

46 Mirad, Yo os envío como ovejas en medio de lobos (Mt 10, 16). Los lobos son los demonios y nosotros las ovejas. Exorcista, cada vez que batalles contra ellos, recuerda que tú eres oveja y ellos lobos.

47 Guardaos de los hombres porque os entregarán a los tribunales (Mt 10, 17). Eso es lo que debe esperar el exorcista de los hombres, ni fama ni parabienes. Pero la defensa hay que dejársela al mejor abogado del mundo, tendremos la mejor firma a cargo de nuestro caso: el Paráclito. Es tan buena esta defensa que puede presentar las pruebas que desee, cuando desee. ¿Qué acusado, como nosotros, posee un abogado que tiene pleno poder sobre el juez?

48 Pero que no tenga vanas esperanzas el exorcista pues Jesús profetizó seréis odiados de todos por mi nombre (Mt 10, 22).

49 Si al dueño de la casa le han puesto de mote “Belcebú, ¡cuánto más a su servidumbre! (Mt 10, 19). Hay que meditar sobre la Eucaristía: si hay tantos cristianos y tantos sacerdotes que sabiendo que allí está Jesús no tienen ningún cariño hacia Jesús en ese misterio, el exorcista no puede esperar un trato exquisito hacia un misterio (el del exorcismo) que es mucho menor.

50 En el ministerio del exorcismo por cada momento de gloria y alabanza, hay más momentos de burlas, desprecios e incomprensiones por parte de los hermanos sacerdotes y los superiores. Pretender ejercer esta labor eclesial sin persecución es tarea imposible. Salvo que se ejerza mal.

51 Recuerde el exorcista que es muy fácil ejercer esta labor mal o desviarse o realizarla con un exquisito cuidado de no meterse en problemas. A veces para contentar a Dios hay que meterse en problemas. Benditos problemas que provienen de haber servido bien al Señor.

52 En todos los ministerios eclesiales hay varios modos de servir a Dios: mal, regular, bien, muy bien, heroicamente. Y cada sacerdote va eligiendo su camino.

53 A Jesús le da pena que no haya más sacerdotes dispuestos a ser perseguidos como Cristo.

54 En el poseso, el demonio siempre está tentando para que la persona haga juicios respecto a los demás.

55 Durante el ritual del exorcismo se puede luchar contra el demonio como si fuera una batalla, pero el mejor modo es hacernos instrumentos del Espíritu Santo. Derramar el Espíritu Santo en la persona también libera. Podemos derrotar la plaza fuerte a base de amor. Cuando un equipo de exorcismo rodea al poseso con amor, la persona no se siente rechazada, la persona recibe amor y da amor, entonces el demonio es expulsado desde dentro hacia fuera.

56 El equipo de exorcismo tiene que ser una familia amorosa. Esto siempre tendrá mucho más efecto que un cualificado equipo de técnicos formados en universidades prestigiosas. El amor es superior a la ciencia. El amor puede suplir todo en un exorcismo. Pero la ciencia sin amor puede chocar con un muro y el exorcismo prolongarse de un modo intolerable para el exorcista. Al final el sacerdote tras muchas sesiones, dictamina que la persona no está posesa, sino enferma. Pero ese dictamen muy a menudo esconde el no querer reconocer que se ha chocado con un obstáculo ante el que no se sabe qué hacer.

57 Cuando el poseso en el equipo que le atiende encuentra una familia de amor, el demonio está desarmado antes de que la misma batalla de comienzo.

58 A los posesos hay que enseñarles a orar. Después hay que rodearlos de amor para que reciban el Espíritu Santo.

59 Hay que enseñarles el amor de Jesús y sus mandamientos. Ambas cosas son lo mismo. Y hay que predicarles el Evangelio del Reino. Es decir, hay que buscar y revisar en los Evangelios aquellas palabras que Jesús usaba para predicar de modo sintético todo su Reino.

60 La forma más fuerte del amor es el amor del matrimonio. Ese amor puede expulsar al demonio. Ese amor es una imagen del cielo, pues los esposos se disfrutan como el alma disfrutará de Dios. Es muy conveniente, por tanto, que el marido esté en el exorcismo, pues su oración estará llena de amor. También existe un amor especial entre hermanos y otros grados de parentesco o amistad.

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Consejos para posesos y exorcistas: Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo 1º


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 Consejos para posesos y exorcistas: 
Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo: De la 01 a la 30


Por el Pbro. José Antonio Fortea Cucurull

Los siguientes puntos han sido redactados de forma breve y condensada para ser llevados a la oración de todo aquel que se dedique a este ministerio. De su meditación no sólo se aprovechará el exorcista, sino también el equipo de laicos que ayuden al exorcista, e incluso los mismos posesos si tienen suficiente capacidad intelectual para ello.

1 El libro de Job debería ser meditado línea a línea por cada poseso en su tiempo de oración personal. El libro de Job fue escrito por Dios para dar consuelo a todas las personas oprimidas por la tribulación, es un libro de una gran complejidad en algunas de sus partes, pero el poseso deberá leer el libro como un libro escrito para él mismo como destinatario. La historia de un hombre llamado Job atacado por el demonio. El antes, durante y después de esa tribulación demoníaca, personal y familiar supone una gran enseñanza para todo aquel que vaya a la Palabra de Dios buscando consuelo para su opresión diabólica.
Todo en ese libro sagrado es importante, el antes del ataque, el por qué se permite el ataque, el final del tiempo de prueba, la conversación con los amigos, con la esposa. El sacerdote debe insistir al poseso en que saque enseñanzas para él mismo en cada una de sus líneas.

2 ¿De dónde vienes?, le preguntará Yahveh a Satán. De dar vueltas por la tierra y pasearme por ella, responderá. Tristemente, muchos hombres hacen lo mismo. Lo único que hacen en toda su vida es dar vueltas por la tierra, sin otras pretensiones que vayan más allá de esta tierra.

3 Después los sabeos caerán sobre los siervos de Job para saquear y matar. Irrumpen ellos, pero por instigación del demonio. En estos casos hay que recomendar la oración de Job 1, 21-22: Desnudo salí del vientre de mi madre… Después de la primera visita al exorcista, hay que recomendarles que lean este primer capítulo, para empezar la vida espiritual.
En Job 2 conversan Yahveh y Satán. Dios habla y lo hace para fijarse en lo bueno. Éste es un modo de luchar contra las tentaciones que nos vienen de los demonios. Dios se fija siempre en lo bueno, el demonio se fija siempre en lo malo.

4 “Piel por piel” le dirá el Maligno, y al decir eso dirá la verdad, pues así suelen actuar los hombres. Pero el Padre dará la vida de su Hijo por la de los pecadores. Eso hay que recordárselo al atribulado poseso: el Padre ha dado la vida de su Hijo por ti. También los posesos con sus sufrimientos, una vez que se han confesado y empezado una nueva vida, llevan sobre su cuerpo parte de la pasión de Cristo. Y sus sufrimientos, los del poseso, ganarán muchas gracias para otros, liberándolos de las garras del mal. Y si el poseso es un gran pecador, sus propios sufrimientos le arrancarán de los lazos de la iniquidad haciendo de él un hombre nuevo.

5 El que sufre, desesperanzado por la tardanza de su liberación, puede insistir en que por qué no basta su conversión y ya está, que no debería ser necesario que Dios permita que se prolongue su tiempo de prueba. Pero no debe olvidarse que el cuerpo es la llave del alma. A través del sufrimiento del cuerpo y de la mente se purificará el poseso. El poseso siempre cree estar ya suficientemente purificado.

6 En los ataques que recibirá Job existe esta sucesión: sabeos-Satán-caldeos. Los sabeos simbolizan los extranjeros, los caldeos simbolizan los cercanos (Abraham era Caldeo), a veces la familia. La persona recibe ataques y heridas de los de fuera de su entorno, del demonio y de los más cercanos a él. Tiene que aceptar que esto es así y resignarse a este triple ataque. Muchos se quejan de que su mujer, o sus padres o alguien cercano en vez de ayudarle, todavía le haga sufrir más. Pero también ese familiar cumple una función, también él es parte de la prueba que hay que superar con amor.

7 El torbellino (Job 1, 19) representa el uso de las causas naturales para destruir. El cristiano no debe olvidar que terremotos, huracanes, incendios, enfermedades no pueden ir más allá de lo que él permita. El demonio no tiene permiso sobre estos elementos si Dios no se lo permite. Y siempre lo permite para lograr un bien mayor que la destrucción que provocan.

8 En el libro de Job existe un patrón entre lo natural y lo sobrenatural, entre el mal que viene de las personas y el que viene del demonio directamente:

sabeos-Satán-caldeos-torbellino-piel

Es interesante observar que también se puede leer el libro de Job con una lectura eclesial. Los siervos que mueren representarían los miembros de la Iglesia perseguida por instigación del demonio. Los hijos e hijas estarían en un banquete que es la eucaristía. Los elementos del comienzo del libro no necesitan explicación si se quiere hacer esta lectura simbólica: las ovejas, los pastores, los hijos y finalmente Job. Job sería un símbolo de Cristo doliente, sufriendo en su prójimo, en su cuerpo y en su alma.

9 Ahí lo tienes, pero perdona su vida (Job 1, 6). Se pueden usar esas palabras en casos muy serios para que Satán no los mate. Es muy útil usar las palabras de Dios. Incluso cuando oramos a Dios, usar sus mismas palabras, las de la Palabra de Dios, hace que nuestra oración sea más perfecta, pues pedimos con las mismas palabras divinas. Y no hay mejores palabras que las del Altísimo. Cada versículo de la Biblia es obra de Dios. En sus líneas sagradas encontraremos un tesoro para pedir, para alabar, agradecer, etc. Por eso es tan útil usar la Palabra de Dios en los exorcismos, aunque sean pocos versículos o uno solo. En todo exorcismo u oración de liberación se debería hacer uso de la santidad y el poder de la Palabra del Altísimo.

10 Dios hace uso de las cosas físicas para producir efectos espirituales. Eso era válido tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo, y por supuesto también para el exorcismo. Algunos desearían que el exorcismo fuera más “puro”, más basado sólo en la fe sin necesidad de otra cosa, sin intervención de nada “extraño”. Pero frente a esta opinión es como si Dios dijera: quiero obrar del modo que elijo; y no me gusta que me pongan límites.

11 El exorcismo, el arte de exorcizar, es como Dios ha querido, no como lo hemos diseñado los hombres.

12 La longitud de un caso Dios la usa para llevar a la santidad.

13 Los demonios entran porque ellos quieren, y Dios lo quiere para que sean santos.

14 Dios quiere algo más que la liberación.

15 Cada exorcista que se dedica a este ministerio de forma permanente debería escuchar a Jesús diciéndole: Tú no estás aquí para ser un médico, ni un doctor, sino un padre.

16 Después del exorcismo hay que hablar con los posesos. Hablar antes del exorcismo y después es muy importante. No se puede acabar el rito y decirle al poseso vuelva el día tal a tal hora. El exorcista debe sentirse padre de ese alma. Tiene que excitar amor y compasión por ese poseso en su corazón de pastor. Pues cuanto más le ame, más poderosa será su oración por él.

17 En todos los preceptos del Antiguo Testamento relativos al cuerpo lo que buscaba Dios era la obediencia, pero también no sólo era obediencia lo que había en esos preceptos, sino también una simbología que conllevaba una profunda teología del cuerpo. El precepto ha pasado, pero no el símbolo que fue y será verdadero, aunque a veces muy profundo. También es muy interesante leer Gálatas 5 y meditar el capítulo entero para entender esta teología del cuerpo que subyace en la posesión.

18 Dentro de esta teología del cuerpo que supone la existencia de la posesión, se ha de entender que existe un poder especial, único, en los esposos para expulsar demonios del cónyuge a través de la oración y la petición a Dios del uno por el otro.

19 Hay acciones que se hacen con el cuerpo que someten a esclavitud.

20 Las leyes de Dios nos llevan y mantienen en la libertad para la que nos liberó Cristo.

21 A la gente desgraciada que nos llega, que nos llega pidiendo, suplicando, su liberación. Es necesario que el exorcista les haga entender del modo más íntimo que las leyes de Cristo dan esa libertad, así como ciertas otras acciones encadenan al alma. El demonio poseyendo el cuerpo es sólo la apariencia visible de un encadenamiento peor que es el del alma. La liberación del exorcismo se circunscribe y subordina a una liberación mayor, integral y eterna.

22 Caminad bajo la guía del Espíritu Santo y no deis satisfacción al deseo de la carne (Gal 5, 16).

23 Pero los de Cristo Jesús crucificaron la carne con las pasiones y deseos (Gal 5, 24). Sin ninguna duda al demonio no le gusta estar en un cuerpo crucificado con Cristo. Al demonio le gusta estar en un cuerpo entregado a todos los placeres y pasiones, pero no le gusta estar en un cuerpo que cada vez se está convirtiendo en una imagen del Crucificado, que cada vez más le recuerda a Cristo. Si tiene horror a una imagen del Crucificado, cada vez irá teniendo más horror a un cuerpo que se va crucificando más y más en la negación de toda baja pasión.
El exorcista tiene que hacer comprender al poseso que con oración y actos de virtud, ese cuerpo se tiene que ir convirtiendo en una morada cada vez más desagradable para él, hasta llegar a ser una tortura para el demonio el estar en ese cuerpo.

24 El cuerpo de un eremita del desierto, de un asceta, sería la peor prisión de un demonio, peor que el infierno. Pues el eremita, el asceta, es ya una imagen de Cristo crucificado. Si el demonio tiene horror al crucifijo que es un objeto, mucho más horror le produce una imagen viviente del Cristo crucificado.

25 Ni el demonio quiere poseer el cuerpo de un asceta, ni el asceta desea dejar de sufrir por Cristo. ¡Celestial ironía, maravilla de este mundo y del otro!: ni el demonio quiere entrar en ese cuerpo, ni el asceta no quiere que no entre. El demonio quiere hacer sufrir y el asceta desea sufrir. Pero el demonio no quiere padecer estando en ese cuerpo santificado por la penitencia, y el asceta justamente desea sufrir en ese cuerpo que se ha convertido en valiosísimo instrumento para mostrar su amor a Dios.

26 El cuerpo esclavo del pecado acaba siendo esclavo del sembrador del pecado. El que siembra la semilla justamente contraria, la virtud, acabará entregando ese cuerpo completamente a un nuevo Señor. Y entonces será ese nuevo señor el que luchará por el cuerpo que le ha sido entregado.

27 El proceso del exorcismo es como una cadena. Hasta que no se ha roto un eslabón no se empieza a debilitar el siguiente eslabón.

28 El exorcista durante el exorcismo no ha de repetir una y otra vez las órdenes. Pues si tratamos de romper el eslabón erróneo, ya podemos repetir una orden cien veces que no lograremos nada. Las órdenes al demonio han de ser dadas una vez (o pocas) con fe. Si no se logra lo que se ordenaba, hay que entender que en ese momento no era esa la orden que había que dar.

29 El exorcista durante el exorcismo debe centrarse en Jesús, no en el demonio. Muchos sacerdotes están más pendientes de preguntar al demonio que de escuchar al Señor a ver qué es lo que inspira. El exorcismo debe estar centrado en la adoración a la Santísima Trinidad. Es Dios quien inspirará sin palabras qué eslabón de la cadena es el que hay que quebrantar.

30 Es muy conveniente que las personas del equipo del exorcista se consagren a María.

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