martes, 8 de agosto de 2017

Los síntomas de influencias demoníacas

Los síntomas de influencias demoníacas



Según el parecer de muchos exorcistas es muy difícil encontrar dos casos de opresión demoníaca iguales, porque el diablo se esfuerza por cambiar y sorpresa. Además de los casos previstos en el apartado relativo a la ordinaria y extraordinaria de Satanás, hay otros tres signos principales que implican más afectados por trastornos malignos de origen: la cabeza, el estómago y la aversión a lo sagrado. Ellos son consecuencias comunes en los casos de brujería en forma de factura. Sin embargo hay que tener mucho cuidado de no confundirlos con enfermedades comunes o enfermedades psicosomáticas.
Analicémoslos con orden

- CABEZA: viene golpeada sin descanso día y noche. A menudo la causa se encuentra en el hecho de que los objetos hechizados se colocan, por medio de la competencia demoníaca (por via preternatural/ præternaturālis), dentro de la almohada de la cama, que constituye el objeto que se encuentra en un mayor contacto con la cabeza. Por lo tanto, está experimentando dificultades para conciliar el sueño, pesadillas, pensamientos angustiantes y aterradores. etc.
A la mañana será una verdadera tragedia que levantarse porque se sentirá más cansado, apesadumbrado, desconfiado y agotado que cuando fue a la cama. Las tareas diarias se convierten en una verdadera tortura.
Estos trastornos del sueño continuas conducen a una pérdida de la personalidad, ya que debilita su capacidad de control y autonomía. Ellos experimentarán actitudes tan violentas y airadas tanto familiar y social, como consigo mismo. Quien esté pasando por un caso de demonopatía  verdadera exclusiva, y se entrega a las drogas, no hace más que empeorar la situación porque va a bajar el umbral de reacción a las fuerzas del mal.
Esto dará lugar a incidentes cansancio constante de falta de productividad en los distintos ámbitos de nuestra vida (hogar, trabajo, escuela) y la sensación de humillación que los resultados a menudo puede convertirse en la antesala del suicidio. Sin embargo, seguimos siendo muy cauteloso, porque estos síntomas son similares a los encontrados en la depresión.
 
- ESTÓMAGO: Si el brujo es capaz de hacer beber o comer algún objeto maleficiado a la víctima (a través de conocidos u otra forma de engaño), el elemento hechizado seguirá siendo inexplicablemente presente en el interior del estómago, a pesar de la continua presencia de ácido gástrico, por semanas, meses e incluso años.
Los síntomas que resultan de la ingestión de alimentos y bebidas maleficiados son: mala digestión, sensación de plenitud en el estómago, repugnancia de tragar los alimentos, dolor y pesadez, intentos de vómitos, pero no llevan a la expulsión de todo, temblores. Otro síntoma común es un fuerte sentimiento de ansiedad que se inicia desde el esternón y sube hasta la garganta y la cabeza. Durante la oración de exorcismo no es raro ver a una persona libre arrojando espuma blanca abundante y viscosa.



-      Aversión a lo sagrado: La aversión a lo sagrado y las dificultades que paralizan a la esfera espiritual son sin duda los signos más evidentes de la influencia demoníaca. Dado que sólo una vida cristiana activa y consistente puede destruir el poder de Satanás, que intentará por todos los medios mantener lejos a las víctimas de la participación en cualquier tipo de práctica religiosa. Esta sensación de aversión se extiende también a los objetos sagrados y reliquias. Habrá una separación cada vez más marcada y un fuerte malestar en estar en la iglesia acompañado de repulsa a la oración, pensamientos sucios y blasfemos, sensación de fatiga, un bostezar sin interrupción, una inexplicable necesidad de reír, sopor o mucho sueño. Durante las celebraciones litúrgicas, la persona afectada se siente tentado a huir o es atacado por la sensación de náuseas, fatiga, confusión mental que pueden alcanzar hasta desmayos.
Los afectados de esta manera puede verse perjudicados por las interferencias como las malas palabras y otras reacciones hostiles a la Eucaristía, la Virgen María y de los Santos, ambos actos de violencia o destrucción de objetos religiosos o manifestando la oposición habitual a Cristo, a la Sagrada Escritura , a la Iglesia ya los sacerdotes.
Otros síntomas que se presentan en conjunto de los trastornos de origen demoníacos son una constante y no justificable sensación de frío, escalofríos y repentinas olas de frío sin ninguna causa natural.
 Fonte: “Preghiere di liberazione dal Maligno” di Don Pasqualino Fusco

 
San Antonio Abad exorcizando a una mujer poseída por el diablo

 
Los síntomas comunes de la posesión

Los tres síntomas anteriores se relacionan con la mayoría de los trastornos extraordinarias del Maligno aunque puede estar más allá de la posesión real. El ritual de exorcismo establece que siguiendo la práctica habitual debe considerarse signos de posesión diabólica la combinación de estos síntomas:

- manifiesta una fuerza superior a la edad o la condición física (. Cfr Mc 5,1-5);
- hablar (o entender) lenguas desconocidas y / o remoto supuesto nunca aprendido;
- revelar cosas ocultas y de lejos.
 

Según el ritual, estos fenómenos pueden también ser causados ​​por otras causas; Sin embargo, si se asocian con la "violenta aversión a lo sagrado", es probable que revelan la presencia del mal. Esta aversión a lo sagrado se expresa en palabras y gestos llenos de odio y rabia contra Dios, la Virgen, los santos y de los elementos (agua u objetos benditos, reliquias, sacramentos y sacramentales en general) y de imágenes sagradas. Ese tipo de aversión, a diferencia psicológica o ideológica - que es generalmente constante y no necesariamente violenta -, es repentino, limitada en el tiempo y se detiene abruptamente. Entre las reacciones que pueden ocurrir incluimos: hacer reaccionar violentamente a la oración mental de una persona, eructos y la tos persistente o vómitos cuando alguien ora (incluso mentalmente), dilatación de las pupilas durante la oración, el no ser capaz de orar porque la boca se bloquea, advertir como intolerable manos benditas del sacerdote sobre la cabeza, recibiendo quemaduras en el cuerpo como resultado del contacto con el crucifijo u otros objetos sagrados o agua bendita, la boca y los dientes que se cierran paralizado en el momento de la recepción de la Eucaristía, estar siempre mal días principales del año litúrgico , tienen repugnancia por todo lo que es bendito, arrancando la ropa previamente bendecido, conocer los pecados ocultos de los presentes, o situaciones desagradables y traumatizantes vividas por los asistentes durante su infancia y así sucesivamente.
 
Luca Giordano, San Miguel Arcangel y Satán 
Otra señal para identificar una condición de posesión es el hecho de que al final de la "crisis" los poseídos no recuerdo nada de lo que dijo e hizo. Durante el exorcismo del sujeto entra de hecho en un estado de posesión trance muy similar a la de "médium" o de los ocultistas en general. Durante esta fase, el sujeto puede decir de todo, reír, ofender, amenazar a los presentes, acusar y muchas otras inepcias.

La parte restante de la posesión demoníaca cabe indicar que se trata de sólo el cuerpo y no el alma. El diablo no puede tomar posesión de ella, ya que sólo Dios uno y Trino tiene el poder de inhabitarla con su Gracia.
El pecado mortal no pone el demonio en el hombre, sino que crea una dependencia moral del hombre hacia él. Esta dependencia se vuelve mucho más fuerte en función de los pecados pasados ​​y puede conducir a la condenación eterna a pesar de que no hay manifestaciones externas demoníacas; de hecho la mayoría de los que están en pecado mortal ni siquiera son poseídos en el cuerpo.
Sólo unos pocos tienen tanto el alma esclavo del demonio (que está en pecado mortal), tanto en la posesión física. Por último, otros pueden ser poseídos en el cuerpo, pero su alma está en un estado de gracia y en su muerte va al cielo.
De la misma manera que una enfermedad no afecta a la salvación eterna de una persona, por lo que la posesión no afecta a la profunda comunión con Dios (como se atestigua en la vida de muchos santos recibieron).
En la condición opuesta podemos encontrar su lugar que Judas Iscariote en su alma había vuelto fuertemente esclavo de Satanás, pero Jesús nunca ha hecho ningún exorcismo porque su voluntad se ha visto comprometida y volcado al pecado.
 




Los síntomas comunes de la maldición o del hechizo

En caso de una maldición operado a través de los síntomas brujería puede disfrazarse bajo la forma de los trastornos de origen natural comunes. Una vez más se necesita una gran cantidad de discernimiento no debe atribuirse a causas sobrenaturales la fuente de problemas y no hay que subestimar la posibilidad de una maldición en otros. Este tipo de discernimiento debe ser realizado por un sacerdote bien preparado sobre el tema (mejor si es exorcista) o por un grupo de oración carismática.

Generalmente los afectados por la brujería se transforman de manera sensible. Los miembros de la familia observaron marcadas diferencias de actitud, desaparecen sentimientos hasta entonces vivos. Se dan cuenta de la impaciencia y la alteración del carácter. Una persona normal puede llegar a ser extrañísima a los suyos, cambios en los gustos y hábitos. Es posible que tenga síntomas atribuibles a un agotamiento, fatiga, apatía, pesimismo, incluso mareos nerviosismo anormal, lenguaje soez. A veces, el atormentado por el demonio puede llevar, casi sin darse cuenta, de acciones inusuales. La intimidad en el matrimonio ya no es aceptada y buscado, hay una notable pérdida de interés en la persona amada hasta ese momento y gran repulsión. Por el contrario, se elevará a un aumento injustificado de deseo sexual hacia otras personas y tentaciones de diversa índole.
De hecho, las personas afectadas por el maleficio podrían cambiar radicalmente, ya que está literalmente devorado por influencias y fuerzas que someten a todo su ser. Nadie puede hablar de retirarse de esta actitud y su mente no obedecer a los viejos sentimientos, pero se someterá a la desintegración completa a veces con la cancelación total de la personalidad. A menudo estos trastornos, junto con sus concentraciones son también otros, como ruidos extraños, olores recurrentes, movimientos de objetos, sensaciones anormales de presencias invisibles y en la casa. Los síntomas psicológicos y físicos que presentan el  hechizado para ser afectados son, por lo tanto, muchos. Como se mencionó anteriormente, sin embargo, no hay que obsesionarse en ser víctima de una brujería sin haber hecho el debido discernimiento con un grupo sacerdote o la oración previa consulta a su médico de cabecera.


Reiterando que para cada problema siempre debe consultar a su médico primero y hacer las visitas de especialistas necesarios, podemos enumerar los síntomas que acompañan a la presencia de un hechizo maléfico de esta manera:
 
Los síntomas comunes de la maldición o de la brujería

En caso de una maldición operado a través de los síntomas brujería puede disfrazarse bajo la forma de los trastornos de origen natural comunes. Una vez más se necesita una gran cantidad de discernimiento no debe atribuirse a causas sobrenaturales la fuente de problemas y no hay que subestimar la posibilidad de una maldición en otros. Este tipo de discernimiento debe ser realizado por un sacerdote bien preparado sobre el tema (mejor si es exorcista) o por un grupo de oración carismática.

Generalmente los afectados por la brujería se transforman de manera sensible. Los miembros de la familia observaron marcadas diferencias de actitud, desaparecen sentimientos hasta entonces vivos. Se dan cuenta de la impaciencia y la alteración del carácter. Una persona normal puede llegar a ser extrañísima a los suyos, cambios en los gustos y hábitos. Es posible que tenga síntomas atribuibles a un agotamiento, fatiga, apatía, pesimismo, incluso mareos nerviosismo anormal, lenguaje soez. A veces, el atormentado por el demonio puede llevar, casi sin darse cuenta, de acciones inusuales. La intimidad en el matrimonio ya no es aceptada y buscado, hay una notable pérdida de interés en la persona amada hasta ese momento y gran repulsión. Por el contrario, se elevará a un aumento injustificado de deseo sexual hacia otras personas y tentaciones de diversa índole.
De hecho, las personas afectadas por el maleficio podrían cambiar radicalmente, ya que está literalmente devorado por influencias y fuerzas que someten a todo su ser. Nadie puede hablar de retirarse de esta actitud y su mente no obedecer a los viejos sentimientos, pero se someterá a la desintegración completa a veces con la cancelación total de la personalidad. A menudo estos trastornos, junto con sus concentraciones son también otros, como ruidos extraños, olores recurrentes, movimientos de objetos, sensaciones anormales de presencias invisibles y en la casa. Los síntomas psicológicos y físicos que presentan el  hechizado para ser afectados son, por lo tanto, muchos. Como se mencionó anteriormente, sin embargo, no hay que obsesionarse en ser víctima de una brujería sin haber hecho el debido discernimiento con un grupo sacerdote o la oración previa consulta a su médico de cabecera.


Reiterando que para cada problema siempre debe consultar a su médico primero y hacer las visitas de especialistas necesarios, podemos enumerar los síntomas que acompañan a la presencia de un hechizo maléfico de esta manera:
- impresión de frío en el pecho o los hombros, asfixia.
- palpitaciones del corazón.
- Los sentimientos de pinchazos en el cuello, estómago, cerca del corazón, a veces la sensación de ardor de estómago.
- contracciones dolorosas en la cabeza, en determinados momentos y sobre todo por la noche.
- ansiedades infundadas, no causados ​​por un estado emocional o el estrés o problemas, accidentes, oposición seria.
- adelgaza sin razón aparente.
- Las pesadillas aterradoras y repetitivas.
- Los sentimientos de cansancio sin causa, que la pérdida de energía, fatiga o la ansiedad en levantarse de la cama en la mañana.
- miedos irracionales cuando está solo.
- Hechos inconscientes (querer herirse a si mismo u otros).
- Despertar en la noche con la sensación de una presencia en la habitación.
- repetida impulsos suicidas.
- frigidez, impotencia e indiferencia hacia su cónyuge tras el distanciamiento emocional.
- Deseo Sexual súbita e insaciable frente a otras personas que no sean el cónyuge.
- Los sensaciones de tocamiento en el cuerpo.
- impresión de estar constantemente vigilado y espiado.
- serie periódica de dolores, problemas graves, engaños y decepciones profesionales o sexuales.
- La eliminación de las amistades, las relaciones, antipatía por su clientes, pérdidas repetidas en el campo financiero.
- Sensación de malestar al entrar en una iglesia.
- La aversión y eliminación de lo sagrado.
 
 
 
 

jueves, 15 de octubre de 2015

¿Qué es un exorcismo? Entrevista al P. Ernesto María Caro



¿Qué es un exorcismo?
Entrevista al P. Ernesto María Caro para el programa Cara a Cara.


_¿Cuál es la función del exorcista?
Un exorcista saca del ámbito humano al espíritu maligno que ha logrado penetrar en nuestra esfera y que, por lo tanto, está afectando de diferentes maneras, en menor o mayor grado, a la persona.
_¿Cuáles son los grados en los que logra penetrar el demonio en la persona?
Pensemos que el ser humano, cada uno de nosotros, estuviera protegido por una burbuja de gracia. Es todo lo que tiene que ver con mi ambiente, soy yo. El demonio va debilitando esa “coraza” y, como si fuese un líquido o un gas empieza a penetrar en mi ámbito y se empiezan a dar diferentes circunstancias extraordinarias.
   Es importante prevenir. En el exorcismo se cura a los que fueron víctimas de engaños del demonio.
   Lo primero que va a hacer es debilitar esa “coraza”. Quiénes la debilitan: los astrólogos, los new age, los adivinos. Películas que parecen inocentes como Harry Potter hacen creer que la magia es buena. No existe ni magia blanca ni magia negra. Toda magia es del demonio. No hay ningún mago que ejerza su ayuda sin el demonio. Los charlatanes, que no adivinan nada, así como los ilusionistas no tienen nada que ver con esto. Satanás le ofrece al mago  sabiduría, poder, prestigio o dinero; todo lo que el hombre tiene ansias de tener.
   En este “pedacito” de historia nos jugamos toda nuestra eternidad.



_¿Cuáles son las formas en que puede hacerse un maleficio?
    Dios, que está en el plano divino, entra a nuestro plano físico para ayudarnos y santificarnos a través de objetos físicos bendecidos  (medalla, auto, rosario, escapulario, etc.) estos son los sacramentales, pero también, y con más poder, a través de los sacramentos. El más poderoso de ellos es la comunión porque lo comemos y pasa a formar parte de nosotros.
    El demonio va a imitar lo que hace Dios pero al revés. Dios usa a los sacerdotes como instrumentos designados por El para bendecir, consagrar, bautizar, con el poder que les da, para que se conecten el ámbito humano con el divino, y así poder disponer de todos los elementos para salvarse.
   El demonio va a usar al mago como instrumento o medio para introducir en la vida del hombre un elemento maleficiado. Puede ser que lo introduzca en el lugar donde vive la persona, con lo cual va a tener muchísimo más poder, o en algo que se coma. En el momento del exorcismo pueden vomitar clavos, cordones, recortes de fotografías, pedazos de hueso o un manojo de cabello anudado con diferentes cintas de colores con excremento en su interior.
   El brujo pide que se le lleve cosas físicas de la persona a la que se quiere dañar (fotos, ropa, cabello, etc.); maleficia esos elementos –en vez de bendecirlos- con el poder de Satanás. Ese elemento maleficiado se lo coloca dentro de un chocolate, por ejemplo, para que la persona se lo coma. Generalmente, un maleficio que es injerido termina siempre en posesión, pero puede ser que no llegue a la posesión, entonces el mago maleficia un objeto material y pide que se lo coloque en el jardín de la casa de la persona a la que se quiere perjudicar.
   No podría entrar a menos de que esté “fracturada” esa capa de la que hablábamos. Cómo se fractura: primero, “adelgazando” la capa y después, un golpe, una falta de fe, una situación con un hijo que no sana, un problema económico, etc., pueden fracturar mi fe y hacérsele una fisura. Le acercan el objeto maleficiado y empieza a actuar.
   Hay muchas gentes, según yo, que viven “fracturadas” en su ámbito; alejados de la vida de gracia, estando en pecado, no confiando en Dios. Son candidatos perfectos para un maleficio. Una persona, por venganza, egoísmo o por cualquier otro motivo va a un brujo y éste me hace un maleficio.


_¿Cómo sabe la persona de que está siendo víctima de un maleficio?
Cuando una persona llega a mí y me comenta, por ejemplo, de que hace meses, siempre a las tres de la tarde le empieza un dolor de cabeza intenso y no se le pasa, y agrega que ya le habían hecho estudios, pero los médicos no le encuentran nada. Entonces, lo primero son las enfermedades sin explicación. Segundo, ¿usted tiene algún enemigo? ¿Cuándo empezó a aparecer ese dolor tan intenso? La persona podría llegar a responder que le empezó ese dolor cuando era encargado de una empresa y tuvo que despedir a algunos empleados y uno de ellos le había dicho Se va a acordar de mí, y al poco tiempo apareció ese dolor. Pero también, podría darse una relación de venganza de un chico que termina con su novia. Tercero, ¿esa persona tiene suficiente dinero para pagar un mago? Hay maleficios muy graves y otros no tan graves.


_¿Cuáles son los grados de maleficios?
Hay cuatro:
* para dañar la salud,
* para dañar la economía,
* para dañar las relaciones
* y para provocar la muerte.
Por ejemplo, de tener una economía estable a un estado de crisis que nada tiene que ver con la situación económica del país. No poder conseguir trabajo; te dicen que te van a llamar pero al final le ofrecen ese puesto a otro, es decir, son situaciones inexplicables.
   En el tercer tipo de maleficios existen los llamados “amarres” y “desamarres”. En el cuarto, a veces la persona come pero no aprovecha lo que come, o directamente no come y eso la va llevando a la muerte.
   Todo esto le ocurre a la persona que no tiene una vinculación con Dios, por eso es importantísimo la vida sacramental, así como mi relación con El a través de los elementos que va poniendo en mi vida para fortalecer mi gracia.


_¿Cuando una persona llega con estos síntomas, cuál es el trabajo que hace usted como exorcista?
Antes que nada hay que aclarar que el exorcista tiene que ser nombrado por el obispo. El exorcista es el único que puede usar la forma imperativa. Nadie puede hacer un exorcismo real sin el permiso del obispo. Un laico puede expulsar a un demonio, pero no con un mandato exhortativo, los santos lo hacen, pero por su vida de santidad; el demonio le huye a la santidad.
   El trabajo principal del exorcista es el discernimiento.
Si alguien está o no siendo afectado por el demonio y de qué forma.
   Uno de los gravísimos errores es hacerle creer a la gente de que tiene un demonio. Si alguien te convence de que te hicieron un maleficio, entonces llegas al exorcista, éste empieza a investigar y cree que no necesitas un exorcismo, basta con que reactives tu vida de gracia; porque la mayoría de las veces el demonio puede producir estos síntomas, pero es porque no se tiene una vida de gracia.
    La gente se presenta con la sospecha, que puede ser porque un familiar le dijo que tiene una conducta extraña, o porque tiene una enfermedad que no se le ha curado, o una situación económica sin resolverse, o distanciamiento de los esposos que no se puede definir con claridad.
   Lo primero que se hace es un historial: desde cuándo empezó, cómo se manifestó, con qué frecuencia. Tener lo más claro posible toda la problemática que está viviendo la persona. Si descubro que no es un situación grave, porque puede haber un maleficio, pero no es tan grave, le aconsejo que retome su vida espiritual  -esto se maneja como si fuera un tratamiento-. Generalmente se trata de un maleficio hecho por un brujo no muy competente, un aprendiz de brujo, esos que van aprendiendo con los libros, pero que no hizo un pacto real con el demonio. Entonces le digo a esa persona que vino a verme que vamos a esperar un mes, porque por el momento estamos presumiendo, según lo que me comenta, que está siendo afectada o perturbada por el demonio, para lo cual le voy a pedir que rece todos los días el Santo Rosario, algunas de esas veces con una vela bendecida mientras reza, confesión cada semana o cada 15 días, comulgar todos los días, le pregunto si puede, que tan factible es o sino lo más frecuente que pueda, comunión dominical definitiva, 15 minutos de lectura de las Sagradas Escrituras y buscar en todo lo que pueda responder con generosidad, hacer la caridad.


    Este tratamiento inicial también puede ser llamado preventivo. Después de todo lo que le mandé le pido que regrese dentro de un mes para ver cómo sigue. Más o menos, el 60 por ciento no regresa, quiere decir que el tratamiento funcionó, por lo que le recomendaría que no lo dejase. Al otro 40 por ciento que regresa le pregunto qué pasa cuando ora, por ejemplo, en muchos casos señalan de que mientras rezan el rosario, la llama de la vela tiende a elevarse mucho o a apagarse sin que haya viento. Ahora es cuando empiezan a darse los efectos extraordinarios o sobrenaturales, sin explicación. Los trastornos no han disminuido, al contrario, han aumentado.
   El demonio, cuando se lo somete a la vida de la gracia, va a resistirse, a acobardar a la persona incrementándole ese tipo de cosas para que no siga el tratamiento, para que no vuelva al exorcista, porque la persona se da cuenta de que cuando no viene a verme o no reza, los síntomas disminuyen y están como estaban antes. Por eso, cuando me vienen a ver por primera vez, les digo que posiblemente la situación se ponga más difícil, y que en el caso de que no pudiese esperar un mes, venga antes. Una vez que me doy cuenta de que requiere algo más que la vida espiritual, procedemos a hacer una oración de liberación simple o de discernimiento, no es un exorcismo, porque no es una oración imperativa, sino invocativa, en donde invocamos a Dios y decimos Señor, ven y ayúdalo, a cargo de un grupo de laicos que he preparado. Si durante la oración de discernimiento empieza a ver una manifestación demoníaca se suspende inmediatamente la oración y me lo pasan para un exorcismo. En el caso de que hayan pequeñas reacciones tendientes a disminuir mientras avanza la oración, lo único que se necesita es un tratamiento de oración de liberación, y entonces la persona puede venir 4, 5, 6, 7 veces a una “terapia” de oración, al mismo tiempo le vamos a dar un curso de evangelización formal para que entre en un proceso de conversión él y su familia.
   Esto es un combate, una guerra y, desafortunadamente para ti, el enemigo está ya en tu terreno. Si Dios permite estas cosas es para llevar a la conversión a la persona y a todo su entorno.


   Los casos más difíciles entran en un proceso de exorcismo. Hay algunos caso, muy pocos, que tienen la posesión completa. El demonio siempre va a tratar de resistirse, de no salir. Sabemos si es un demonio de baja jerarquía, sin mucho poder, porque no sabe esconderse, no tiene fuerza para resistir la acción de Dios. Hay veces incluso que en el exorcismo no sale. Cada exorcismo lo va debilitando hasta que finalmente ya no puede sostenerse y sale. Estos procesos pueden durar años, dependiendo de diferentes cosas: de la causa, de la cooperación de la persona, del poder que tenga el demonio y de la cantidad de demonios que hayan sido capaces de entrar. Los demonios no tienen espacialidad, son espíritus.


-¿Por qué se producen esos gestos antinaturales?
La mayoría de las veces buscan destruirlos, de hecho existen circunstancias en que hay que detener el exorcismo porque se pone muy mal físicamente la persona. Entre los efectos: desmembramiento de la mandíbula y de todos los músculos faciales; adquieren formas aberrantes, se contornean completamente, se doblan hacia atrás, serpentean, levitan. Tuve el caso de una mujer de 24 años, muy flaca con una fuerza tremenda, entre seis no podíamos contenerla. Dan giros tan rápidos como el de un animal.
   Casi siempre el demonio respeta al exorcista, aunque busca agredirlo. Yo lo experimento como si fuera una cortina que no le permite acercarse más de lo que puede. Generalmente, obedece el demonio a la orden que le está dando el exorcista. Por eso es muy peligroso meterse con el demonio cuando uno grupo dice Vamos a exorcizar en el Nombre del Señor porque pueden resultar física y espiritualmente muy dañados. Este es un trabajo exclusivo del exorcista porque éste a través del mandato del obispo está adquiriendo toda la fuerza de la Iglesia y está en comunión plena con Jesucristo; es El realmente el que lo está haciendo.


-¿Qué recomendación nos puede hacer?
Primero, vivir una vida de gracia. El que tiene una vida de gracia no tiene porqué preocuparse. El que ama no tiene porqué temer. Nosotros amamos a Jesucristo y se lo demostramos, teniendo un buen rato de oración, rezando el Santo Rosario, comulgando los domingos, confesándonos con frecuencia, cada 3 meses si no tengo pecado grave, participando en algún grupo de formación.


Entonces, ¿existe el demonio?, sí;
¿puede atacarme? sí;
¿y qué hace conmigo? nada.
Yo vivo en plenitud, Jesús dijo He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Ésa es la vida que tenemos que tener, no la tenemos porque abandonamos la vida de gracia, abandonamos al Señor, abandonamos la Iglesia, y eso, ahora sí le da la oportunidad al demonio para venir a atacarme en cualquiera de sus formas y destruir mi vida aquí y si puede en la eternidad.
   Quisiera invitar a todos los hermanos a que no abandonen su vida de gracia, vivan con los sacramentos, la oración, un amor grande a nuestra Madre Santísima y vivan su vida en plenitud; así es como el cristiano tiene que vivir.


 Gracias C. María I.


viernes, 9 de octubre de 2015

Dar lo imposible es lo que más ama Él


Dar lo imposible es lo que más ama Él

“Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? “Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: Trasládate de aquí a allá, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes” (Mt 17, 19-21)



 
Podemos todo por la oración. Si no recibimos nada es porque o nos falta fe o no hemos orado bastante, o porque no sería conveniente para nosotros lo que solicitamos nos sea concedido, o porque Dios nos quiera conceder otra cosa mejor que lo que pedimos. Pero jamás no recibiremos lo que pedimos porque sea demasiado difícil de obtener; nada es imposible de obtener… No vacilemos en pedir a Dios aun las cosas más difíciles, tales como la conversión de los grandes pecadores, de naciones enteras; pidámosle más que todas, aquellas que son las más difíciles, con la confianza de que Dios nos ama apasionadamente…; pero pidamos con fe, con insistencia, con constancia, con amor, con buena voluntad…, y estemos seguros de que si pedimos así y con suficiente confianza, seremos escuchados, recibiendo la gracia solicitada o una mejor.
Pidamos, pues, ardientemente a Nuestro Señor las cosas más imposibles de obtener, si ellas son para su gloria, y estemos convencidos que su Corazón nos las concederá, tanto más cuanto más imposibles parezcan humanamente, pues dar lo imposible es lo que más  ama Él y le es más agradable a su Corazón, ¿y cómo nos ama Él?”

Beato Carlos de FOUCAULD

martes, 30 de septiembre de 2014

Mística del siglo XX que sufrió una posesión demoníaca


Mística del siglo XX que sufrió una posesión demoníaca

Beata María Bolognesi, (1924-1980)
Mística, estigmatizada, alma víctima y laica
   sufrió una posesión demoníaca y graves tentaciones diabólicas

Martirologio Romano: En Rovigo, Italia, Beata María Bolognesi, mística, que ofreció sus sufrimientos físicos y espirituales para la salvación del prójimo dando ejemplo de una extraordinaria aceptación y confianza en los designios de Dios. ( 1980)




La experiencia terrenal de la mística María Bolognesi inició el 21 de octubre de 1924 en Bosaro (Rovigo, Verona, Italia) en una familia extremadamente pobre. Su vida se puede sintetizar en una vida de sufrimiento al servicio de Nuestro Señor Jesucristo. Desde que recibió de Jesús -en una visión onírica- el primero de los tres anillos que Cristo le dio (con 5 rubíes señal de las 5 heridas de Jesús) soportó los mismos sufrimientos de Jesús en el Calvario y comenzó a sudar sangre, pero ella no tan sólo experimentó el sufrimiento de Cristo, lo soportó con paciencia y ofreciendo su cruz a Jesús por quienes lo necesitaran.

En cuatro años tan sólo pudo asistir a dos clases de educación básica, debiendo retirarse para ayudar a cuidar de sus hermanos biológicos y la huerta familiar. La pobreza era tal que incluso llegó a comer las cáscaras de las patatas que sus amigas tiraban sobre el estiércol de vaca, luego de lavarlas tan sólo un poco.

Antes de mostrarse a ella, Dios permitió que pasara un período de posesión demoníaca para su purificación, fue desde el 21 de junio de 1940 hasta el 1 de abril de 1942 cuando tuvo su primera visión onírica en la que además de recibir el anillo tuvo la confirmación de la curación milagrosa de una mujer.

Los biógrafos describen este período de casi dos años de la siguiente forma: "Ella alternó momentos que eran normales, por así decirlo, con otros momentos en los cuales obviamente algo indefinible estaba en ella. Sus padres pensaron ayudarla con bendiciones. Durante el transcurso de los meses se hicieron muchos diferentes intentos para liberar a María de ese «extraño malestar», pero sin resultado alguno, en parte porque María huía aterrorizada cuando se daba cuenta de la presencia de un sacerdote o cuando alguien llevaba agua bendita a su casa". María no podía rezar ni acercarse a edificios eclesiásticos "una vez, cuando llegó con otras jóvenes al puente que lleva al camino hacia la parroquia de San Casiano, María se congeló y una extraña presencia tiró de su falda, dado que no había viento, sus amigas lógicamente se asustaron".

Pasado el período de posesión, además de la sudoración sanguínea sufrió de neumonía, bronconeumonía, oftalmia crónica (sequedad extrema de los ojos por total ausencia de lágrimas), oxiuros, vómitos, anemia, reumatismo, ciática, laringitis crónica y faringitis, dextrocardia (el corazón está en la mitad derecha del tórax) e infartos le debilitaron el cuerpo por largos años. El primer infarto lo sufrió en 1971, y fue el inicio de su viaje hacia la casa del Padre, que ocurrió el 30 de enero de 1980.

Su continuo sufrimiento y permanente sacrificio fueron premiados por Jesús sustituyendo el primer anillo con uno mucho más hermoso que el "Ecce Homo" y posteriormente por otro de oro macizo.

Al momento de morir estaba implementando una casa para convalecientes, obra que no pudo ver terminada.

"Con alegría recuerdo que ayer, en Rovigo, fue proclamada beata María Bolognesi, fiel laica de esa tierra, nacida en 1924 y fallecida en 1980. Toda su vida la entregó al servicio de los demás, especialmente los pobres y enfermos, soportando grandes sufrimientos en profunda unión con la pasión de Cristo. Damos gracias a Dios por esta testigo del Evangelio".
 PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo 8 de septiembre de 2013

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Exorcismo en Cochabamba: una mujer de campo boliviana maldice en latín y arameo; lo recoge la prensa


Exorcismo en Cochabamba: una mujer de campo boliviana maldice en latín y arameo; lo recoge la prensa




El padre Miguel y Magdalena durante el ritual el 22 de agosto de 2014, en la capilla del arzobispado de Cochabamba - Foto de Fernando Cartagena, La Razón-Bolivia



El diario La Razón, de Bolivia, presenció una sesión de exorcismo en una capilla de Cochabamba. Magdalena, una boliviana de 37 años, siente influencia del demonio en su cuerpo desde hace siete años.

El padre Miguel Manzanera tiene el permiso del Arzobispado de Cochabamba para exorcizar. En 36 años ha conjurado demonios en al menos 20 personas

De repente Magdalena encorva su cuerpo y cambia su voz. Habla en latín y arameo para maldecir. El padre Miguel reza, le echa el agua bendita y le acerca la cruz, pero todo eso la enfurece. Éste es el clímax del exorcismo: Dios luchando contra el demonio.

“Te exorcizo a ti, espíritu inmundo; tú que eres un maligno. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo (hace la señal de la cruz en la frente de Magdalena) te ordeno que te marches (…). Señor Dios, bondadoso y misericordioso, bendice a esta mujer, que en tu nombre vamos a darle esta agua santa para liberarla”, reza el padre Miguel Manzanera al echar el agua bendita sobre la mujer.

Al sentir el agua, ella gruñe muy fuerte y su voz se parece a la de un hombre. Empieza a gemir y a maldecir en latín y arameo, como describe el sacerdote. Pero Magdalena, una mujer humilde de 37 años que vive en el área rural, desconoce en su lucidez ambos idiomas.

Éste es el primer exorcismo que presencia un medio impreso en el país. La capilla del Arzobispado de Cochabamba es el sitio del ritual.

Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), una asamblea católica mundial, el dogma de la existencia del diablo pasó a ser “parte vergonzosa de la doctrina”, por lo que muchos creyentes lo ignoraron. Sin embargo, por primera vez, el Vaticano reconoció el 13 de junio de este año a la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE).

El sacerdote cuenta previamente que el arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, le autorizó exorcizar a dos personas ante la necesidad de su situación.

Una de ellas es Magdalena, quien tras mucha insistencia se presta a la producción fotográfica para La Razón, aunque todo da un giro real cuando el agua bendita toca su cuerpo.

-“Belcebú, sal fuera, sal fuera. ¿Cuándo vas a salir?”, arenga el cura, que lleva un traje blanco (alba) y una estola morada.

-“Somos muchos”, dice ella con una voz más suave que la del principio. La mujer baja los brazos y aprieta fuerte el reclinatorio en el que se postra. Se desvanece, tose y vomita, pero luego reacciona; mira fijamente al padre y le agrede.

-“Cállate, maligno, cállate”, le recrimina el hombre de la cruz.



El padre Miguel Manzanera, español, es responsable de la Comisión de Doctrina y Fe de la Conferencia Episcopal Boliviana y vicario judicial del Arzobispado de Cochabamba... y exorcista cuando un caso lo requiere

La poseída tiene en frente tres imágenes diferentes de Jesucristo, a las que mira con rencor mientras mueve la cabeza de un lado a otro. El sacerdote sigue rezando e “interrogando” a los demonios.

Al fondo de la pequeña capilla se escuchan oraciones en voz baja: la tía, Nancy, la acompaña y llora al verla así.

Media hora antes del ritual, Magdalena saludaba al equipo de este rotativo con una sonrisa; se muestra amable y carismática. Al preguntarle sobre su situación, su semblante cambia y hace un gesto que hasta parece de vergüenza. “Tengo una influencia demoniaca desde que era una niña. La gente lo hizo por venganza contra mi papá; yo era su preferida”, cuenta.

El padre Miguel llegó al país hace dos semanas de Europa, tras una ausencia de medio año, aunque mantuvo contacto con este diario desde hace dos meses para abordar esta crónica. Entonces, Magdalena fue ansiosa en su búsqueda porque —asegura— es el único que le ofrece paz desde hace dos años con estos rituales.

Ella llega a la capilla con un bolso, saluda y abraza al cura. Saca una botella de agua y sal para que sean convertidas en agua bendita, luego una cruz que lleva consigo.



Capilla del arzobispado de Cochabamba, con Magdalena y el padre Miguel

El religioso lleva más de 15 minutos, con un crucifijo y un manual de oraciones, luchando en la capilla contra el ser maligno en la mujer. Un llanto incontenible invade a la poseída y lanza más insultos, esta vez contra la Virgen María: “¡Maldita mujer, maldita!”. Enseguida, él invoca a los santos católicos para pedir su ayuda espiritual contra Satanás.

-“Su madre no es una santa”, dice ella con una voz extraña.

-“¿A cuál madre te refieres?”, replica el exorcista.

-“Esa vieja rezadora, esa maldita”, contesta. El agua bendita toca nuevamente su cuerpo y se oye un grito con llanto: “¡Me quema, me quema, ya no más!”.

-“Aquí nos vamos a quedar” es la respuesta que el padre recibe tras 24 minutos de exorcismo; pero no se da por vencido y le ordena besar el crucifijo, la mujer se rehusa. La estola morada es puesta en la cabeza de la poseída y esta vez sí consigue el beso en la cruz, el signo bendito más fuerte.

De repente, en el ambiente ya no se escuchan las maldiciones y el exorcista hace su última frase del ritual. “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén”.

Magdalena termina desvanecida en el reclinatorio y tras unos minutos se levanta y vuelve a ser la amable mujer del principio, y no recuerda absolutamente nada de lo que le acaba de suceder.

Expresa que empezó a sentir las manifestaciones desde hace siete años, cuando se deprimía sin razón alguna, y poco tiempo después le entraba la ansiedad y pensamientos demasiado obsesivos.

Cuenta que con mucha reserva acude ante su exorcista una vez por mes o cada seis semanas.

Contadas personas en su familia conocen lo que le ocurre, una de las razones por las que se niega a las fotografías, en un principio. A ello, se suma el temor al rechazo de su entorno, pues ve difícil que alguien ajeno la comprenda.

Al preguntarle cómo se siente después del ritual, asegura que mejor espiritualmente, aunque físicamente con dolor.

“Después de cada exorcismo vuelve la paz y la calma, pero físicamente siento como si me hubieran dado una paliza, porque me duele todo”.

El padre Miguel comenta que es muy difícil expulsar a los demonios porque —en su experiencia— “se agarran a la gente”, y que a veces las luchas con los espíritus malignos duran años.

Durante sus 36 años en el país, al menos 20 personas pasaron voluntariamente por su exorcismo. A todo ello se suman los llamados que recibe de autoridades y de familiares para ayudar a resolver casos de asesinatos, que son cometidos por individuos supuestamente poseídos por el diablo.

De origen español, Miguel Manzanera es responsable de la Comisión de Doctrina y Fe de la Conferencia Episcopal Boliviana y vicario judicial del Arzobispado de Cochabamba. Le derivan todo lo referente a casos de exorcismo en el país.

“Puedo dar fe de que estas personas cuentan cosas espantosas, sienten ruidos, les caen objetos, que hay alguien a su lado que los ataca. He tenido varios casos y los he atendido con cierto éxito”, cuenta.

Recuerda el caso de una doctora de La Paz a quien —dice— el diablo le tocaba el hombro para decirle “te he encontrado de nuevo”. “El demonio la hacía pelear con su marido, otro católico, al punto de que en una ocasión casi se matan con cuchillos”.

Pero el caso más violento fue el de una joven que llegó con su papá a pedir ayuda al cura. Su agresividad era tal que tuvieron que sujetarla; ella no paraba de decir con una voz masculina que su padre vivía debajo de la tierra.

Tras la historia, La Razón deja a solas al religioso y a Magdalena. Tienen mucho que hablar.

La Conferencia Episcopal Boliviana asegura que un obispo tiene la tarea de asignar a un sacerdote. En el mundo existen cerca de 250 sacerdotes reconocidos por el Vaticano como exorcistas oficiales, quienes están presentes en una treintena de países, pero Bolivia aún no tiene uno de manera oficial.

En Bolivia no conozco a un sacerdote que tenga autorización plena para exorcizar. La Iglesia debería tener más conciencia de la necesidad de formarlos. Es un problema real que no se puede ocultar”, expresa el padre Miguel Manzanera, de la Comisión de Doctrina de Fe de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).

La Asociación Internacional de Exorcistas (AIE) fue reconocida, mediante decreto, el 13 de junio de este año por la Congregación para el Clero, encargada en el Vaticano de supervisar temas relacionados a sacerdote y diáconos que no pertenecen a órdenes religiosas.

El grupo está conformado por cerca de 250 sacerdotes, que ahora cuentan con personalidad jurídica de asociación internacional de fieles. Ellos estan dispersos en 30 países, pero ninguno en Bolivia.

“Mi caso es a medias porque solo estoy autorizado para exorcizar a algunos. Muchas veces vienen personas y hay que atenderlas”, señala el religioso, que realizó un curso de exorcismo durante su formación como cura.

Antes del Concilio Vaticano II, las personas que se ordenaban como curas recibían un curso de exorcismo, una formación que fue eliminada en la actualidad.

Al respecto, el secretario general de la CEB, monseñor Eugenio Scarpellini, explica que es tarea de cada obispo de las jurisdicciones eclesiásticas prever el nombramiento de un sacerdote que esté habilitado para tal servicio pastoral, y que no es necesario un reconocimiento de la Santa Sede.

Para Manzanera, este tema aún no recibe la importancia que merece porque —considera— se pretende ocultar un poco la existencia del diablo, al punto de que actualmente muchos ya no creen en él, incluidos algunos curas. “No olvidemos que el papa Francisco habla del demonio y ha comentado en varias ocasiones que tenemos que defendernos de él”.

Después del reconocimiento de la AIE, las iglesias de varios países ahondaron en este tema. Por ejemplo, Chile nombró en abril a su primer sacerdote exorcista, mediante decreto. En julio, en México se dio un curso de exorcismo a 40 obispos, y en Madrid (España) se fundó incluso una escuela para que los curas aprendan el ritual.

Scarpellini expresa que el tema es muy sensible y crea emoción en la población creyente. “La Iglesia Católica reconoce la presencia del mal en el mundo y en la persona, al punto de que puede alterarle la vida y su equilibrio. Al mismo tiempo no todos los casos que la gente juzga como posesión del demonio lo son realmente, pues existe otra explicación de carácter científico”.

El padre Miguel Manzanera señala que la mayoría de los conjuros se realiza en mujeres. Aunque desconoce con precisión las causas, considera que puede influir la debilidad psicológica. Especialistas en psicología lo atribuyen a la vulnerabilidad anímica.

“La mayoría de los casos que he atendido son mujeres. En general, suelen ser mujeres. Pero exactamente no sé explicar por qué. Es un dato muy curioso y posiblemente se deba a que ellas son más débiles psicológicamente hablando”, comenta el religioso.

Menciona que en la Biblia aparece la figura de Eva, que fue la primera que desobedeció a Dios. “Es posible que tenga que ver algo con eso, que la mujer tiene la capacidad de seducir al marido”.

Para el psicólogo Gustavo Mejía, este aspecto puede deberse a que ellas son más emocionales que los hombres. “Todo el pensamiento negativo afecta más a una persona desde la perspectiva de las emociones. Deduzco que se da en mujeres por esta causa”.

Su colega Katia Oporto considera que tiene una relación con la parte hormonal de la mujer, que la afecta más en periodos menstruales y en cambios del ciclo de la luna. “Son condiciones emocionales con las cuales la mujer suele tender a padecer estos ataques y más si hay influencia religiosa”.

Ricardo López, también psicólogo, dice que en el último manual de diagnóstico psiquiátrico la influencia del demonio fue incorporada a los trastornos disociativos (problemas de identidad). “La posesión de demonio en el cuerpo de alguien es un trastorno mental”.



 Publicado en La-Razon.com (Bolivia) el 31 de agosto de 2014; en el diario boliviano se pueden escuchar 9 minutos de audio del exorcismo, con gritos e invocaciones