¿Qué es un exorcismo?
Entrevista al P. Ernesto María Caro para
el programa Cara a Cara.
_¿Cuál es la
función del exorcista?
Un exorcista saca del ámbito
humano al espíritu maligno que ha logrado penetrar en nuestra esfera y que, por
lo tanto, está afectando de diferentes maneras, en menor o mayor grado, a la
persona.
_¿Cuáles son los
grados en los que logra penetrar el demonio en la persona?
Pensemos que el ser humano, cada
uno de nosotros, estuviera protegido por una burbuja de gracia. Es todo lo que
tiene que ver con mi ambiente, soy yo. El demonio va debilitando esa “coraza”
y, como si fuese un líquido o un gas empieza a penetrar en mi ámbito y se
empiezan a dar diferentes circunstancias extraordinarias.
Es importante prevenir.
En el exorcismo se cura a los que fueron víctimas de engaños del demonio.
Lo primero que va a hacer
es debilitar esa “coraza”. Quiénes la debilitan: los astrólogos, los new
age, los adivinos. Películas que parecen inocentes como Harry Potter hacen
creer que la magia es buena. No existe ni magia blanca ni magia negra. Toda
magia es del demonio. No hay ningún mago que ejerza su ayuda sin el demonio.
Los charlatanes, que no adivinan nada, así como los ilusionistas no tienen nada
que ver con esto. Satanás le ofrece al mago sabiduría, poder, prestigio o
dinero; todo lo que el hombre tiene ansias de tener.
_¿Cuáles son las
formas en que puede hacerse un maleficio?
Dios,
que está en el plano divino, entra a nuestro plano físico para ayudarnos y
santificarnos a través de objetos físicos bendecidos (medalla, auto,
rosario, escapulario, etc.) estos son los sacramentales, pero también, y con
más poder, a través de los sacramentos. El más poderoso de ellos es la comunión
porque lo comemos y pasa a formar parte de nosotros.
El
demonio va a imitar lo que hace Dios pero al revés. Dios usa a los sacerdotes
como instrumentos designados por El para bendecir, consagrar, bautizar, con el
poder que les da, para que se conecten el ámbito humano con el divino, y así
poder disponer de todos los elementos para salvarse.
El demonio va a usar al
mago como instrumento o medio para introducir en la vida del hombre un elemento
maleficiado. Puede ser que lo introduzca en el lugar donde vive la persona, con
lo cual va a tener muchísimo más poder, o en algo que se coma. En el momento
del exorcismo pueden vomitar clavos, cordones, recortes de fotografías, pedazos
de hueso o un manojo de cabello anudado con diferentes cintas de colores con
excremento en su interior.
El brujo pide que se le
lleve cosas físicas de la persona a la que se quiere dañar (fotos, ropa,
cabello, etc.); maleficia esos elementos –en vez de bendecirlos- con el poder
de Satanás. Ese elemento maleficiado se lo coloca dentro de un chocolate, por
ejemplo, para que la persona se lo coma. Generalmente, un maleficio que es
injerido termina siempre en posesión, pero puede ser que no llegue a la
posesión, entonces el mago maleficia un objeto material y pide que se lo
coloque en el jardín de la casa de la persona a la que se quiere perjudicar.
No podría entrar a menos
de que esté “fracturada” esa capa de la que hablábamos. Cómo se fractura:
primero, “adelgazando” la capa y después, un golpe, una falta de fe, una
situación con un hijo que no sana, un problema económico, etc., pueden
fracturar mi fe y hacérsele una fisura. Le acercan el objeto maleficiado y
empieza a actuar.
Hay muchas gentes, según
yo, que viven “fracturadas” en su ámbito; alejados de la vida de gracia,
estando en pecado, no confiando en Dios. Son candidatos perfectos para un
maleficio. Una persona, por venganza, egoísmo o por cualquier otro motivo va a
un brujo y éste me hace un maleficio.
_¿Cómo sabe la
persona de que está siendo víctima de un maleficio?
Cuando una persona llega a mí y
me comenta, por ejemplo, de que hace meses, siempre a las tres de la tarde le
empieza un dolor de cabeza intenso y no se le pasa, y agrega que ya le habían
hecho estudios, pero los médicos no le encuentran nada. Entonces, lo primero
son las enfermedades sin explicación. Segundo,
¿usted tiene algún enemigo? ¿Cuándo empezó a
aparecer ese dolor tan intenso? La persona podría llegar a responder que
le empezó ese dolor cuando era encargado de una empresa y tuvo que despedir a
algunos empleados y uno de ellos le había dicho Se va a acordar de mí, y
al poco tiempo apareció ese dolor. Pero también, podría darse una relación de
venganza de un chico que termina con su novia. Tercero, ¿esa persona tiene suficiente dinero para pagar un mago? Hay
maleficios muy graves y otros no tan graves.
_¿Cuáles son los
grados de maleficios?
Hay cuatro:
* para dañar la
salud,
* para dañar la
economía,
* para dañar las
relaciones
* y para provocar
la muerte.
Por ejemplo, de tener una
economía estable a un estado de crisis que nada tiene que ver con la situación
económica del país. No poder conseguir trabajo; te dicen que te van a llamar
pero al final le ofrecen ese puesto a otro, es decir, son situaciones inexplicables.
En el tercer tipo de
maleficios existen los llamados “amarres” y “desamarres”. En el cuarto, a veces
la persona come pero no aprovecha lo que come, o directamente no come y eso la
va llevando a la muerte.
Todo esto le ocurre a la
persona que no tiene una vinculación con Dios, por eso es importantísimo la
vida sacramental, así como mi relación con El a través de los elementos que va
poniendo en mi vida para fortalecer mi gracia.
_¿Cuando una
persona llega con estos síntomas, cuál es el trabajo que hace usted como
exorcista?
Antes que nada hay que aclarar
que el exorcista tiene que ser nombrado por el obispo. El exorcista es el único
que puede usar la forma imperativa. Nadie puede hacer un exorcismo real sin el
permiso del obispo. Un laico puede expulsar a un demonio, pero no con un
mandato exhortativo, los santos lo hacen, pero por su vida de santidad; el
demonio le huye a la santidad.
El trabajo principal del
exorcista es el discernimiento.
Si alguien está o no siendo
afectado por el demonio y de qué forma.
Uno de los gravísimos
errores es hacerle creer a la gente de que tiene un demonio. Si alguien te
convence de que te hicieron un maleficio, entonces llegas al exorcista, éste
empieza a investigar y cree que no necesitas un exorcismo, basta con que
reactives tu vida de gracia; porque la mayoría de las veces el demonio puede
producir estos síntomas, pero es porque no se tiene una vida de gracia.
La gente
se presenta con la sospecha, que puede ser porque un familiar le dijo que tiene
una conducta extraña, o porque tiene una enfermedad que no se le ha curado, o
una situación económica sin resolverse, o distanciamiento de los esposos que no
se puede definir con claridad.
Lo primero que se hace es
un historial: desde cuándo empezó, cómo se manifestó, con qué frecuencia. Tener
lo más claro posible toda la problemática que está viviendo la persona. Si
descubro que no es un situación grave, porque puede haber un maleficio, pero no
es tan grave, le aconsejo que retome su vida espiritual -esto se maneja
como si fuera un tratamiento-. Generalmente se trata de un maleficio hecho por
un brujo no muy competente, un aprendiz de brujo, esos que van aprendiendo con
los libros, pero que no hizo un pacto real con el demonio. Entonces le digo a
esa persona que vino a verme que vamos a esperar un mes, porque por el momento
estamos presumiendo, según lo que me comenta, que está siendo afectada o
perturbada por el demonio, para lo cual le voy a pedir que rece todos los días
el Santo Rosario, algunas de esas veces con una vela bendecida mientras reza,
confesión cada semana o cada 15 días, comulgar todos los días, le pregunto si
puede, que tan factible es o sino lo más frecuente que pueda, comunión
dominical definitiva, 15 minutos de lectura de las Sagradas Escrituras y buscar
en todo lo que pueda responder con generosidad, hacer la caridad.
Este
tratamiento inicial también puede ser llamado preventivo. Después de todo lo
que le mandé le pido que regrese dentro de un mes para ver cómo sigue. Más o
menos, el 60 por ciento no regresa, quiere decir que el tratamiento funcionó,
por lo que le recomendaría que no lo dejase. Al otro 40 por ciento que regresa
le pregunto qué pasa cuando ora, por ejemplo, en muchos casos señalan de que
mientras rezan el rosario, la llama de la vela tiende a elevarse mucho o a
apagarse sin que haya viento. Ahora es cuando empiezan a darse los efectos
extraordinarios o sobrenaturales, sin explicación. Los trastornos no han
disminuido, al contrario, han aumentado.
El demonio, cuando se lo
somete a la vida de la gracia, va a resistirse, a acobardar a la persona
incrementándole ese tipo de cosas para que no siga el tratamiento, para que no
vuelva al exorcista, porque la persona se da cuenta de que cuando no viene a
verme o no reza, los síntomas disminuyen y están como estaban antes. Por eso,
cuando me vienen a ver por primera vez, les digo que posiblemente la situación
se ponga más difícil, y que en el caso de que no pudiese esperar un mes, venga
antes. Una vez que me doy cuenta de que requiere algo más que la vida
espiritual, procedemos a hacer una oración de
liberación simple o de discernimiento, no es un exorcismo, porque no es
una oración imperativa, sino invocativa, en donde invocamos a Dios y decimos Señor,
ven y ayúdalo, a cargo de un grupo de laicos que he preparado. Si durante
la oración de discernimiento empieza a ver una manifestación demoníaca se
suspende inmediatamente la oración y me lo pasan para un exorcismo. En el caso
de que hayan pequeñas reacciones tendientes a disminuir mientras avanza la
oración, lo único que se necesita es un tratamiento de oración de liberación, y
entonces la persona puede venir 4, 5, 6, 7 veces a una “terapia” de oración, al
mismo tiempo le vamos a dar un curso de evangelización formal para que entre en
un proceso de conversión él y su familia.
Esto es un combate, una
guerra y, desafortunadamente para ti, el enemigo está ya en tu terreno. Si Dios
permite estas cosas es para llevar a la conversión a la persona y a todo su
entorno.
Los casos más difíciles
entran en un proceso de exorcismo. Hay algunos caso, muy pocos, que tienen la
posesión completa. El demonio siempre va a tratar de resistirse, de no salir. Sabemos
si es un demonio de baja jerarquía, sin mucho poder, porque no sabe esconderse,
no tiene fuerza para resistir la acción de Dios. Hay veces incluso que en el
exorcismo no sale. Cada
exorcismo lo va debilitando hasta que finalmente ya no puede sostenerse y sale.
Estos procesos pueden durar años, dependiendo de diferentes cosas: de la causa,
de la cooperación de la persona, del poder que tenga el demonio y de la
cantidad de demonios que hayan sido capaces de entrar. Los demonios no tienen
espacialidad, son espíritus.
-¿Por qué se producen esos gestos antinaturales?
La mayoría de las veces buscan
destruirlos, de hecho existen circunstancias en que hay que detener el
exorcismo porque se pone muy mal físicamente la persona. Entre los efectos:
desmembramiento de la mandíbula y de todos los músculos faciales; adquieren
formas aberrantes, se contornean completamente, se doblan hacia atrás,
serpentean, levitan. Tuve el caso de una mujer de 24 años, muy flaca con una
fuerza tremenda, entre seis no podíamos contenerla. Dan giros tan rápidos como
el de un animal.
Casi siempre el demonio
respeta al exorcista, aunque busca agredirlo. Yo lo experimento como si fuera
una cortina que no le permite acercarse más de lo que puede. Generalmente,
obedece el demonio a la orden que le está dando el exorcista. Por eso es muy peligroso meterse
con el demonio cuando uno grupo dice Vamos a exorcizar en el Nombre del
Señor porque pueden resultar física y espiritualmente muy dañados.
Este es un trabajo exclusivo del exorcista porque éste a través del mandato del
obispo está adquiriendo toda la fuerza de la Iglesia y está en comunión plena
con Jesucristo; es El realmente el que lo está haciendo.
-¿Qué recomendación nos puede hacer?
Primero, vivir una vida de
gracia. El que tiene una vida de gracia no tiene porqué preocuparse. El que ama
no tiene porqué temer. Nosotros amamos a Jesucristo y se lo demostramos,
teniendo un buen rato de oración, rezando el Santo Rosario, comulgando los
domingos, confesándonos con frecuencia, cada 3 meses si no tengo pecado grave,
participando en algún grupo de formación.
Entonces, ¿existe el demonio?,
sí;
¿puede atacarme? sí;
¿y qué hace conmigo? nada.
Yo vivo en plenitud, Jesús dijo He
venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Ésa es la vida que
tenemos que tener, no la tenemos porque abandonamos la vida de gracia,
abandonamos al Señor, abandonamos la Iglesia, y eso, ahora sí le da la
oportunidad al demonio para venir a atacarme en cualquiera de sus formas y
destruir mi vida aquí y si puede en la eternidad.
Quisiera invitar a todos
los hermanos a que no abandonen su vida de gracia, vivan con los sacramentos,
la oración, un amor grande a nuestra Madre Santísima y vivan su vida en
plenitud; así es como el cristiano tiene que vivir.
Gracias C. María I.
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