miércoles, 29 de enero de 2014

Consejos para posesos y exorcistas: Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo 3º


Consejos para posesos y exorcistas: Consideraciones pastorales en el desempeño del ministerio del exorcismo: De la 61 a la 90



Por el Pbro. José Antonio Fortea Cucurull

61 El amor por la persona es lo que proporciona poder a la oración. Tanto cuanto sea el amor, tal será el poder de la oración. Por eso cuando voy a exorcizar o a discernir un caso, ocupo unos instantes en hacer un acto interno y silencioso de amor por ese semejante pensando, por ejemplo, en lo mucho que le ama su padre Dios, o medito que esa persona tiene sus proyectos, ilusiones y otras cosas humanas que dependen de que yo haga bien mi trabajo, con caridad. A veces mirar a la madre de la persona que le ha acompañado basta para excitar esa caridad por áquel por quien vamos a orar para discernir si tiene algo o no. Desde luego, si esas oraciones para discernir se fueran convirtiendo en algo mecánico, el demonio cada vez tendría más posibilidades de ocultarse en ese cuerpo. Por eso hay no pocos demonios que pueden resistir las oraciones de los exorcistas para discernir si hay posesión. Muchos demonios tienen muchos recursos para resistir esas oraciones, sólo la caridad ardiente y la humildad les desarman.

62 Los exorcistas siempre son atacados por el demonio. Y muchas veces el ataque viene de la jerarquía o de los hermanos sacerdotes. Si uno no está dispuesto a aceptar con buena cara esa moneda en pago por el ministerio, entonces es mejor no tomar sobre sí este servicio a los hermanos.

63 En nuestra época racionalista, el exorcismo es un servicio eclesial que hay que realizar dentro de la Iglesia pero a pesar de muchos eclesiásticos. Es un servicio de caridad que siempre hay que realizarlo en comunión con el obispo, pero sin esperar nada a cambio más que denuncias y reproches. Por eso desde el principio el exorcista debe hacer firme propósito, y renovarlo con frecuencia, de no seguir realizando esta actividad de ayuda al prójimo si algún día se le retira el permiso.

64 El demonio siempre trata de romper el matrimonio de los posesos.

65 Cualquiera que sufra una tentación, si la comenta con el sacerdote, entonces esa tentación ya no se incuba en la oscuridad, queda descubierto el plan del demonio. Comentar cuáles son las tentaciones al sacerdote es como revelar a él y a uno mismo cuáles son las tácticas del Maligno. Esto entre los miembros de un equipo de exorcismo es algo esencial, pues el demonio tratará de sembrar desconfianzas, juicios críticos, animadversiones entre los miembros. Es necesario comentar en privado con el sacerdote o entre todos cuáles son las tentaciones, y nunca comentarlas de modo privado entre los colaboradores. Pues con la excusa de un desahogo o de la conveniencia de pedir consejo uno puede ir envenenando a personas del equipo. Todo debe hacerse a la luz del día, entre todos, sin ir creando de forma espontánea grupitos. En mi equipo está totalmente prohibido comentar dudas acerca del modo de hacer un exorcismo entre cualesquiera que pertenezcan al grupo. Si uno tiene una duda, hay que comentarla cuando estamos reunidos, pero no privadamente. Y si algo, por su naturaleza, no es conveniente que se comente de ese modo, hay que hablarlo únicamente con los sacerdotes que dirigen el grupo.

66 Si el exorcista se ve muy perseguido y cree que no puede aguantar más desprecios que recuerde que “El discípulo no está por encima del maestro, ni el esclavo por encima de su amo. (…) Si al dueño de la casa le han puesto de mote “Belcebú”, ¡cuánto más a su servidumbre!” Mt 10, 24-25. A Jesús, al Bueno por antonomasia, le llamaron Belcebú. Ésa es la tragedia, que al bien se le toma por mal. Al exorcista se le considera como un mago o un brujo en cuanto profundiza en los modos de exorcizar y hace algo que no está escrito en el ritual. Nunca el ritual, ni presente ni pretérito, ha dicho que sólo es válido y lícito lo que aparece en el ritual. El ritual está redactado en base a unos conocimientos, en base a una experiencia, de ahí que a mayor conocimiento y mayor experiencia cabe una praxis más ajustada a cada caso. Perseguir todo aquello que se salga de lo escrito en el ritual sería afirmar que el ritual es inmejorable..

67 Lo malo no es la persecución de los malos, sino la de los buenos. Que nos persigan los demonios, lo entiendo. Que nos persigan los ateos lo entiendo. Más duro es ver que a veces personas muy buenas, persiguen a los exorcistas.

68 La mayor parte de los exorcistas del mundo son párrocos, y si un exorcista es párroco Dios quiere que sea padre de su rebaño. El demonio suele seducirlos para que sean menos padres de sus rebaños y se dediquen más al exorcismo. Porque el exorcismo parece más interesante, parece que viste más, que es más prestigioso. La labor de pastor queda eclipsada ante la labor de luchador contra el demonio. Eso es un grave error. El párroco debe ser ante todo buen párroco. De desempeñar bien su labor, le vendrán muchas gracias para su combate contra el demonio. Pero descuidar o despreciar la maravillosa labor de conducir a las almas a los pastos divinos para dedicarse a una labor más prestigiosa, es un engaño del demonio. El demonio tienta a los sacerdotes para que no sean pastores de sus rebaños.
El exorcista párroco debe estar centrado en su parroquia y en su rebaño para conducirlos a la santidad. Sin hacer bien esta misión, al exorcista le faltará fuerza para luchar con el poder que Dios quiere. El Cura de Ars fue un gran exorcista porque antes fue un gran párroco y cuidó perfectamente de su rebaño. Pues al exorcista hay que decirle: tu poder está en el amor. “¿Me amas?, apacienta mi rebaño”.

69 El exorcista y el poseso deben meditar las palabras santas de la Virgen María en el Magníficat: Un Magníficat en el que aparece Dios como salvador, que se fija en la bajeza de cualquiera de sus esclavos, y que al fijarse obra cosas que hace que las generaciones feliciten a ese siervo en el que Él se ha fijado, pues obra en su favor grandes cosas el Poderoso cuyo nombre es “Santo”. La alabanza de la Virgen sigue hablando de su misericordia, de la necesidad del temor de Dios, de las proezas de Dios. Y sin embargo a los demonios los dispersa, los derriba, los despide vacíos.

70 María es ejemplo de fe. Y el exorcismo es, lo primero de todo, fe.

71 María es la madre que necesita todo enfermo mental que sufra una influencia demoníaca y todo poseso que venga al exorcista en busca de curación o liberación.

72 El poseso tiene un demonio en su cuerpo, María tuvo al Verbo encarnado dentro de su cuerpo: es la antiposesión por antonomasia.

73 Una fuente poderosísima de fuerza para el sacerdote será la devoción al Cuerpo de Cristo. La fe en la Encarnación es el fundamento para el amor a Jesús. Porque la Eucaristía es la Encarnación. Al comulgar tenemos a Jesús como María lo tenía cuando lo llevaba en su seno. Jesús encarnado está sobre el altar. La fe del Antiguo Testamento es la fe de Abraham, la fe del Nuevo Testamento es la fe de María. En el Antiguo Testamento se menciona muchas veces la palabra “Alianza”. En el Evangelio sólo una vez: en la Última Cena. Jesús es la Nueva Alianza, la Eucaristía es la Alianza.

74 Por eso las sectas satánicas usan para sus fines sacrílegos ante todo la Eucaristía o sino el cuerpo humano, pues el hombre es la imagen de Dios.

75 Durante el ritual de exorcismo tenemos que poner más confianza en la Eucaristía y no tanto en los objetos.

76 Tenemos que cuidar a la gente que venga a nosotros porque ellos son imagen de Dios. Ellos son imagen de Dios en mayor medida que una cruz o el agua bendita.

77 Y toda la gente intentaba tocarlo, porque salía de él fuerza y curaba a todos Lc 6, 19. El Cuerpo de Cristo y el cuerpo del hombre son muy importantes. Con razón que haya órdenes religiosas que cuiden de los enfermos en todos sus aspectos. También nosotros cuidamos del ser humano en otro aspecto que tiene que ver con la corporalidad.

78 La Eucaristía es Dios.

79 La Eucaristía es el Dios viviente, el Dios vivo, el Dios vivificador. Ninguna medicina mejor para la posesión que ésta.

80 El exorcista antes de exorcizar debe dirigirse a los posesos predicándoles. Si tiene muchos casos, incluso reuniéndolos.

81 Siempre aconsejo a los posesos que recen en las iglesias. Les digo que pueden rezar en sus casas, pero no se reza igual delante del sagrario que en el salón de casa. En una iglesia silenciosa, bella, sin mucha luz, sin mucha gente, la oración surge espontánea. Son lugares donde la presencia de Dios se palpa. Son lugares sagrados donde con menos esfuerzo en la oración mental se logra más.

82 Los posesos vienen tristes. La felicidad es uno de los frutos de la verdadera fe.

83 La Virgen María es tan dulce, tan suave, que el demonio no sabe qué hacer con ella. Ella viene siempre a los exorcismos si se lo pedimos.

84 Los pecados hacen más poderosos a los demonios. En realidad no porque los demonios aumenten el poder inherente a su naturaleza, sino porque los hombres, a veces las sociedades enteras, se hacen más débiles ante su tentación personal o colectiva. En ese sentido me acordaré siempre de lo que un alma de Dios me dijo: la sangre de los niños abortados
alimenta a demonios que con esa sangre se hacen más poderosos con los hombres.

85 A través del cuerpo se comunica la bondad. Bien sea ayudando al enfermo, al poseso, en el amor de los esposos, al alimentar una madre a su hijo, etc, etc. El amor es algo espiritual, pero se comunica a través del cuerpo. Sin el cuerpo quedaría oculto en el alma, a través del cuerpo se ejerce, se fortalece esa caridad. El cuerpo transmite el amor del alma, aunque únicamente sea con el sincero gesto de la cara.

86 Por eso, por esa repercusión de la corporalidad sobre el alma, tiene tanta importancia la sexualidad. Si el poseso no está dispuesto a seguir sumisamente las enseñanzas de la Iglesia sobre sexualidad, entonces no se dará una liberación plena.
Basta que una persona use en el matrimonio el control de natalidad, para que no se de esa liberación total de las ataduras del demonio sobre ese cuerpo. Es curioso que sea por esta vía de la posesión por la que nos demos cuenta de lo importante que es cada enseñanza de la Santa Iglesia por pequeña y opinable que parezca. A Dios no se lo parece.

87 No se pueden echar demonios como Jesús, sino se cuidan a las ovejas como Él.

88 Lo mismo que el párroco pierde mucho tiempo con sus ovejas, así también el exorcista tiene que dedicar tiempo a los infelices posesos que acuden a él. No puede decirles que no tiene tiempo. Si no tiene tiempo, no puede tomar sobre sí ese ministerio. Si uno no tiene tiempo hay obligación en conciencia de pedir ayuda al obispo. Uno no debe engañarse pensado que el obispo no tiene suficientes sacerdotes. O se ejerce bien un ministerio o hay que ponerlo en conocimiento del obispo. Digo esto porque hay exorcistas que pueden tener prevenciones a la idea de que en su diócesis haya dos exorcistas y no sólo uno.

89 Uno de los mayores problemas que se encuentra el exorcista es que tiene que liberar del demonio a personas que viven en uniones ilícitas o que tienen graves vicios sexuales. El pastor debe actuar como padre, anunciándoles el Reino de los Cielos de modo suave, agradable y, sobre todo, progresivo. La persona que va a ser exorcizado va a pasar de una etapa previa al Antiguo Testamento, al Nuevo.

90 Pero por muy paternalmente que se actúe, con los meses hay que ir dejándole claro tras el descubrimiento de Dios, que el matrimonio es una vocación y que debe ser vivido con toda la seriedad que esa vocación requiere. Si a un sacerdote no le pedimos que viva mal su sacerdocio, a un casado no se le puede permitir sin darle importancia que viva mal su matrimonio, su vocación en el tiempo antes de la eternidad. Por tanto si un divorciado debe vivir en castidad, entonces el laico DEBE vivir en castidad sea lo condescendiente que sea el cura. Y eso sea cual sea el estado de esa persona: soltero, casado, separado…isfrutará de Dios. Es muy conveniente, por tanto, que el marido esté en el exorcismo, pues su oración estará llena de amor. También existe un amor especial entre hermanos y otros grados de parentesco o amistad.

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